Las alarmas se dispararon entre la ciudadanía hace unos días, cuando saltó a la prensa la noticia de que les gobierno austriaco advertía a su población de que debía estar preparada para un posible apagón eléctrico.
No hablaban, inicialmente, de fechas concretas, aunque más adelante se citó el año 2025 como fecha probable para esta «Apocalipsis» energético.
Al parecer no es la primera vez que sucede en el mundo un apagón de larga duración como el que se espera, pero ahora ocurriría quizá con una duración mayor -una o dos semanas- y una mayor previsión por parte de la población, por lo que el riesgo al desabastecimiento se incrementa por las compras incontroladas de los ciudadanos.
Pero, ¿qué podemos esperar los españoles de este apagón?
Sin duda lo más probable es que lo vivamos con angustia, revuelo social e incertidumbre a nivel político, a pesar de la previsión, puesto que España se encuentra en una situación delicada a nivel energético.
El Informe Anual de Seguridad Nacional elaborado por más de 200 expertos participantes analiza los riegos a los que se enfrenta el país en esta década y cuenta con un espacio reservado a la seguridad energética. En este apartado se reconoce el riesgo a una falta de suministro debido a la inestabilidad geopolítica y la volatilidad de los mercados.
En el informe se indican como principales retos en este área en España la transición energética y su marco estratégico, la volatilidad de los mercados, las conexiones con los países vecinos y la pobreza energética.
La crisis con Marruecos y la ruptura de relaciones con Argelia se establecen como detonantes fundamentales: de Argelia proviene el 45% del gas que consumimos en España, que llega a nuestro país a través de Marruecos.
Esta crisis ya ha puesto en peligro en abastecimiento para este mismo invierno lo que ha hecho que se disparen los precios a pesar de que el gobierno argelino haya asegurado el suministro y se hayan buscado vías de distribución alternativas que, efectivamente y como ya estamos notando en nuestros bolsillos, aseguren el gas en España.
Ante escenario, no parece descabellado pensar en estar preparados para cualquier eventualidad. Sin embargo, según la información publicada por algunos medios, como El Confidencial, España, Francia y Portugal tendrían en marcha un plan de emergencia conjunta a través del cual garantizarían el suministro a sus ciudadanos a través de «islas eléctricas» y la movilización de las Fuerzas Armadas. Para tranquilidad de los ciudadanos, aseguran que España tiene capacidad para producir por sí misma hasta 4 veces la energía que consumimos.
¿Qué debe tener nuestro «kit de supervivencia»?
Sin duda entre lo imprescindible se encuentran los siguientes:
- Agua: al menos dos litros por persona y día, aunque esto es imposible de precisar al no conocer la duración exacta del apagón.
- Alimentos no perecederos: conservas, principalmente. Los supermercados estarán desabastecidos por la falta de llegada de mercancía por lo que cuanto más podamos acumular, mejor, dicen los expertos.
- Radio con pilas y pilas en abundancia para todo lo que podamos tener en casa que funcione de esta forma.
- Dinero en efectivo: no funcionarán los cajeros.
- Botiquín de primeros auxilios y medicamentos para al menos dos semanas, especialmente en el caso de tratamientos estables.
- El depósito de la gasolina del coche y de la calefacción de casa llenos.
- Bombona de gas para cocinar. El típico camping-gas puede venirnos muy bien en ese momento.
- Mantas, ropa de abrigo…
- Linternas y velas o lámparas de energía solar.
- Libros, juegos de mesa…
En un momento en el que todo funciona con batería y esta se carga enchufándola directamente a la corriente eléctrica, el riesgo de quedarnos sin pilas se multiplica exponencialmente. Como alternativa a las pilas, obviamente, tenemos también los cargadores que funcionan con luz solar, aunque esto no nos servirá de nada a la hora de cargar móviles pues se habla también de un apagón en las redes móviles generalizado.
Más allá de lo material, ese kit de supervivencia debe contar con un buen plan de encuentro con nuestros seres queridos y con las personas que podamos necesitar. Quizá un protocolo de comunicación con servicios de emergencia que se pongan en marcha, como anunciaba en Gobierno de Austria, a través de redes vecinales. Toda una estructura que parece inspirada en otra época y que muchos dudan de que se pueda poner en marcha de manera real si este apagón sobreviene de repente porque nadie se lo creerá del todo hasta que no suceda.
Sin duda, a la vista de estas noticias, parece más que probable que los segovianos volvamos a quedar en el buzón del Azoguejo o en el quiosco de la Plaza a una hora concreta prescindiendo del «ya estoy por aquí» que hoy nos mandamos al móvil, ¿recordáis aquellos tiempos?