La empresa Industrias Metálicas Velázquez se dedica a cortar y plegar todo tipo de materiales destinados fundamentalmente a la dotación de aguas pluviales y remates de cubiertas de naves industriales y viviendas unifamiliares. En Pleno cambio generacional, la empresa, con tres hermanos que acumulan ya diez años de experiencia, toman las riendas y forman parte de la tercera generación familiar que ha tenido que dar un giro al negocio adaptándose a los nuevos tiempos.
Enrique Veláquez, que además de gestionar, trabaja con sus hermanos en la empresa familiar, es el Presidente del Área Empresarial Estación de Hontoria y nos dedica en sus instalaciones en el Polígono un tiempo para dialogar sobre los orígenes de la empresa y mirar al futuro.
SA: ¿A qué se dedica vuestra empresa?
Enrique Velázquez: Tenemos plegadoras y maquinaria pesada. Compramos la materia prima, bobina de chapa fundamentalmente prelacadas o galvanizadas, las cortamos a la medida que nos piden y con cizalla y plegadora le damos la forma que nos solicitan.
Trabajamos todo tipo de materiales férricos. Antes trabajábamos en espesores de máximo un milímetro pero con la adquisición de nueva maquinaria hace un par de años estamos trabajando ahora hasta tres milímetros. Eso nos permite ampliar en negocio en cuanto a facilidades para el cliente en trabajo de cerrajería como vallados, escaleras…
SA: Trabajando mucho con la construcción habéis sufrido la difícil situación económica
E.V: Tuvimos que cambiar el modus operandi. Antes hacíamos solo canalones y limas para la construcción que era lo que estaba en auge y ahora el volumen no es tan alto aunque seguimos haciendo ese tipo de encargos. Nuestros clientes gracias a que nosotros compramos las máquinas nos hacen los encargos y así ellos ya no tienen que cortar.
Lo peor de la crisis para nosotros fue que tuvimos que despedir a gente y ahora trabajamos en la empresa los tres hermanos y otra persona. Que los gestores de la empresa nos ‘arremanguemos’ y trabajamos es consecuencia de los malos tiempos pero también creo que en las empresas antes de los problemas los gestores a veces se desentendían del trabajador. Ahora la obligación de meterse en faena te obliga a estar pendiente de todo y a entender los problemas que tienen tus trabajadores.
SA: ¿Siempre os habéis dedicado a cortar y plegar?
E.V: En los orígenes éramos una empresa dedicada casi en exclusividad a los radiadores. De hecho nunca llegamos a llamarnos ‘radiadores Velázquez’ pero todo el mundo nos conocía comúnmente por ese nombre.
Mi abuelo era un apasionado de la mecánica y trabajó durante mucho tiempo en la Base Mixta. Descubrió que en los coches lo primero que se rompían eran los radiadores y montó un pequeño taller. Compró maquinara para deformar el latón y el cobre para reparar los depósitos de los radiadores. Mi padre después pensó en la posibilidad de hacer canalones deformando el zinc y abandonó un poco el campo de las reparaciones dejándoselo a otro de sus hermanos que se especializó más en eso.
SA: Y ahora estáis en pleno cambio generacional ¿Nuevos tiempos?
E.V: Sí, aunque en esencia no hemos cambiado nada. Tenemos los mismo clientes y estamos en el mismo sitio. Los hermanos llevamos ya diez años en el sector y aunque el cambio generacional empieza a ser efectivo ahora nuestro bagaje es importante. Nuestras decisiones son decisivas para la empresa porque aunque antes también éramos importantes es ahora cuando nuestras decisiones son las que determinan el rumbo de la empresa.
SA: Pero entrasteis en el negocio casi en el peor momento.
E.V: Cuando empiezas a trabajar en una empresa familiar y llega una crisis como la que hemos sufrido sufres pero te haces más fuerte. Cuando empezamos a implicarnos en el negocio quedaban un par de años antes de la crisis y nos pilló en el período de formación.
Yo creo que ya hemos pasado lo peor aunque nos queda mucho, el daño ha sido muy profundo pero estamos muy ilusionados, somos jóvenes, tenemos ideas y muchas ganas
SA: Sois emprendedores atípicos al heredar un negocio que funcionaba. ¿Recomendáis emprender?
E.V: A todos mis amigos y clientes les recomiendo emprender. Como dices somos emprendedores atípicos pero aquí estás en contacto con mucha gente y cuando percibes que alguien tiene una buena idea le animas a que la desarrolle. Lo peor sin duda, es la burocracia. Es realmente complicado ya económicamente como para que te pongan tantas trabas y plazos para ponerte en marcha. Nosotros mismamente tardamos más de un mes en tener un CIF para poder facturar. Así es muy difícil.
Foto: Enrique Velázquez trabajando en una de las máquinas de la empresa