El consejero se ha comprometido a revisar las líneas de ayuda incluidas en el Plan Anual de Políticas de Empleo con el fin de adaptarlas a las situaciones derivadas de la nueva coyuntura económica y social originada por el COVID-19, de manera que se palíe en lo posible su impacto sobre la actividad de los trabajadores por cuenta propia.
Cuatro son las iniciativas que van a estudiarse. La primera consiste en habilitar una subvención a las empresas que contraten a emprendedores que se hayan visto obligados a abandonar su trabajo y, por lo tanto, su cotización.
La segunda pasa por que la Junta sufrague la parte proporcional de la cuota de 60 euros establecida para los autónomos que estén acogidos a la tarifa plana implementada por el Gobierno central durante el tiempo en el que los trabajadores hayan causado baja o permanezcan en aislamiento domiciliario por prescripción médica a causa del coronavirus.
En tercer lugar, se prevé otorgar una ayuda a los trabajadores que cesen definitivamente su actividad como autónomos como consecuencia del COVID-19 y no perciban prestación por desempleo ni subsidio.
Para finalizar, se analizará la puesta en marcha de una línea de subvenciones para generar nuevas oportunidades de emprendimiento, es decir, para aquellos trabajadores que pierdan su empleo durante esta crisis y decidan iniciar una nueva actividad por cuenta propia.