El pastelero dominicano Jorge Marte de la Cruz decidió que había que ponerle “al tiempo bueno cara” y dio el paso definitivo para abrir su propio obrador en Segovia, ‘El fogón de leña’, el 18 de agosto de 2020, tras una primera ola del COVID-19 que había golpeado con mucha dureza a la ciudad del acueducto. “Me dije, si no comienzo este año, aunque esté muy mala la situación, no voy a abrir”, recuerda con firmeza en su voz.
Su intención era haber podido abrir un año antes pero no encontró un lugar que se ajustara a su presupuesto pero no se vino abajo y siguió buscando hasta encontrar el local situado en el número 10 de la avenida de la Constitución. Tenía muy claro que había que arrancar cuanto antes. “Ya había comprado casi toda la maquinaria. Estaba en un trastero guardada y parada”, asegura.
Jorge Marte llegó a Segovia en 2013, siguiendo los pasos de su mujer, Yudelka Estrella, que vino en 2006. “Siempre me ha gustado avanzar. No quedarme estancado. Ya en mi país llevaba una pastelería, que la dejé para venirme aquí con mi familia”, resume. Gracias a su experiencia profesional, encontró trabajo en una de las industrias de pastelería más grandes de la provincia de Segovia, pero “siempre he tenido mis ideales volver a tener mi pastelería”.
En los años en los que estuvo trabajando por cuenta ajena, Jorge Marte fue como una hormiga ahorrando y comprando lo necesario para poder abrir su propio obrador. Firmó el contrato de alquiler el 5 de junio y el 18 de agostó abrió sus puertas la panadería-pastelería ‘El fogón de leña”, en esta calle situada a pocos metros de la plaza de la Universidad, con el campus ‘María Zambrano’ de la Universidad de Valladolid.
“El comienzo fue muy bueno. Después fueron subiendo los contagios y la cosa ha ido bajando. La gente casi no sale. Cuando hace buen tiempo se alienta un poco y sale más. Por lo menos se está vendiendo para cubrir los gastos. Como yo mismo hago el producto y mi mujer me ayuda pues no me sale tan costoso tener el negocio. Sería más complicado si tuviera empleados”, resume Jorge Marte.
Para poder sacar adelante su sueño, trabaja muy duro y muchas horas. “Estamos casi 24-7 (24 horas, siete días a la semana) para poder cubrir porque la venta está baja”, declara. Cada día de la semana pone a disposición de sus clientes hornadas de pan recién hecho. Desde las 7.00 de la mañana, prepara sus productos de panadería y pastelería. “A mí me gusta mucho lo que hago, las decoraciones. Me gusta mucho la pastelería y la cocina, también he trabajado de cocinero pero prefiero la pastelería”, resume.
A pesar de todas las dificultades, Jorge y Yudelka se siente muy agradecidos por la acogida que han tenido en estos casi seis meses de apertura de ‘El fogón de leña’ entre los vecinos. “Se ha ido corriendo la voz y se están portando muy bien con nosotros”, remarca. También los universitarios que a comprar el pan para los bocadillos o un café para llevar bien acompañado de un bollo, una magdalena o un donuts.
Jorge Marte también señala que para la supervivencia de su negocio también ha sido fundamental estar en el sector de la alimentación y no haberse visto afectados por las medidas restrictivas para frenar la expansión del coronavirus. “Esa continuidad en la apertura todos estos meses, ha sido muy positiva para el negocio. Todos son productos para llevar, no se come nada aquí, subraya.
Dulces de allá y de acá
Las manos expertas de Jorge preparan bollería, pasteles y tartas, dulces de acá y de allá. “Todo tipo de bollería y tartas de cumpleaños españolas y latinas, colombianas, hondureñas, cubanas y de República Dominicana, que es mi país. Sucesivamente juego con los productos latinos y españoles”, resume este pastelero.
Los ingredientes en pastelería, en el bizcocho por ejemplo, son los mismos: azúcar, huevo, harina, mantequilla, pero lo que nos diferencia es que “en mi país se toma más subido de dulce que aquí”. En estos meses, desde su apertura, han tenido un gran éxito sus bizcochos de plátano y de zanahoria, cuyo sabor ha hecho que se corra la voz entre los clientes que ya los han probado.
Otro secreto confesable de Jorge es el uso de especies dulces, que no están habitual en España para repostería, como nuez moscada, malagueta o canela. También recomienda probar la receta de magdalenas casera con “un toque latino”.
Los años que trabajó en la planta de Siro, en El Espinar, sumado a su trayectoria anterior, también le permiten preparar sin ningún problema productos dulces para personas con problemas de azúcar o intolerantes al gluten. A Jorge Marte le gusta que sus clientes le desafíen con nuevos retos y le hagan la propuestas que deseen para sus tartas de celebraciones y cumpleaños.
Una familia unida
Jorge y Yudelka tienen tres hijos. Proceden de Puerto Plata, en la República Dominicana, donde tenían su propio negocio de pastelería. Primero vino a España, Yudelka que trabajó durante más de diez años cuidando a una persona mayor en su domicilio y luego en una residencia de personas mayores en un pueblo del alfoz. Se quedó en el paro en mayo y junto a su marido, pone toda su energía y esfuerzo en sacar adelante ‘El fogón de leña’.