Tras la clausura definitiva de la actividad minera que sostuvo la economía de la comarca del Bierzo durante gran parte del siglo XX, existe un cierto consenso entre los responsables de las administraciones a la hora de considerar a los bosques bercianos como uno de los grandes patrimonios sin explotar en este territorio y al sector forestal en su conjunto como alternativa de futuro. Aprovechando que este sector permanece prácticamente inmune a los efectos de la crisis sanitaria desatada por el COVID-19, Jesús Chao puso en marcha a principios de este año la empresa Tesgon Desbroces, radicada en Camponaraya, aunque con un ámbito territorial que abarca comarcas próximas como Laciana, La Cabrera o Valdeorras. “Teníamos la oportunidad, encontramos el equipo humano y pudimos realizar la inversión, por eso nos animamos, es un sector al que le vemos posibilidades”, resume Jesús.
Aunque es originario de Gijón, hace ya siete años que él y su familia se establecieron en Camponaraya, “un lugar estratégico a nivel de comunicaciones”, remarca el responsable forestal de la compañía. Equipados con maquinaria pesada y de mano, los operarios de la empresa, todos ellos de la comarca, también desarrollan actividades de poda, siembra o mantenimiento de jardines. “Llevábamos meses madurando el proyecto, buscando al equipo adecuado, queríamos contar con trabajadores que tuviesen décadas de experiencia en el sector”, explica.
En esta etapa inicial, la plantilla fija está integrada por cinco trabajadores, a los que se suman otras dos personas contratadas para trabajos puntuales. “Son de aquí, nuestra apuesta es el territorio donde trabajamos, desde los trabajadores hasta las tarjetas de visitas”, subraya el responsable de la compañía. “Creíamos que teníamos que apostar por esta comarca, si se puede generar negocio en el Bierzo, no valoramos otras opciones”, reitera Jesús, que remarca que el principal objetivo en este primer año es “asentar los puestos de trabajo y a partir de ahí, si el mercado lo permite, seguir creciendo”.
Nuevas oportunidades
En líneas generales, las oportunidades de negocio en este sector no se han visto demasiado alteradas por el estallido de la pandemia y sus posteriores consecuencias, explica Jesús, que destaca que “en esta zona los servicios forestales son necesarios siempre” debido a la “innegable relación” entre los desbroces invernales y el descenso de los incendios en la época de calor. “Los estudios lo indican y lo hemos vivido: desbrozando y retirando los residuos generados, el riesgo de incendio se reduce sustancialmente, hasta un 80 por ciento”, subraya.
Sin embargo, algunas de las medidas tomadas por las diferentes administraciones para frenar la expansión de la pandemia sí han provocado que surjan nuevas necesidades y, consecuentemente, nuevas oportunidades. En ese sentido, la reducción general de la movilidad a lo largo de los últimos meses, por las restricciones o por la propia prudencia, provocó que muchos propietarios con tierras o viviendas en la comarca pero con la residencia habitual fuera de ella tuvieran que recurrir a estos servicios para llevar a cabo el mantenimiento de sus jardines y parcelas, recalca el responsable de Tesgon Desbroces. “Nuestros clientes pueden ser desde una administración a un particular, tanto podemos desbrozar 100 hectáreas como realizar el mantenimiento mensual del jardín a un particular”, señala Jesús.
Dar el paso
Entre las máquinas que se convierten cada día en la particular oficina de la plantilla de la empresa destacan un par de tractores o una miniretroexcavadora, así como varias desbrozadoras, sopladores o recortadoras. Todo este equipo supone una importante inversión en un momento en el que el parón general en la actividad económica afecta a casi todos los sectores. “Somos conscientes, lo teníamos en cuenta y creo que como todo el mundo, esperamos que la situación mejore sustancialmente en los próximos meses”, asegura Jesús, que insiste en que la prioridad para la compañía debe pasar por “asentar los puestos de trabajo actuales y, a partir de ahí, intentar incluso crecer”. “Estamos centrados en el ahora, en encontrar nuestro sitio y nuestra clientela”, responde cuando se le pregunta por las previsiones de amortización de esa inversión.
En ese sentido, la apuesta por el emprendimiento Jesús confía en que el “amplio abanico” de servicios que ofrece la empresa permita superar el momento actual y asegura que la fórmula mágica para sacar adelante este proyecto pasa por “apretar los dientes, con ilusión y trabajando, trabajando y trabajando”. “Es indudable que la pandemia genera incertidumbre pero no podíamos permitir que frenara nuestras ganas de ponerlo en funcionamiento”, resume.
En la misma línea, el emprendedor valora que todas las gestiones necesarias para la puesta en marcha de la compañía se hayan completado en plazo, pese a las dificultades originadas por la crisis sanitaria. Con la mirada fija en el día en que los estragos causados por el COVID-19 puedan quedar atrás de manera definitiva, Jesús confía en que el final de la pandemia afecte positivamente a la empresa y a la actividad económica en general, con el retorno a una normalidad que permita que todas las actividades puedan desarrollarse. “Pero lo realmente importante es que termine, que acabe de una dichosa vez y que se pierdan el menor número posible de vidas”, remarca.