Con la graduación en el Claret se despide la promoción del año 2006 con esas «lágrimas propias de quienes saben que algo importante dejan atrás».
La despedida de la etapa escolar que cristaliza, cada final de curso, en el acto de graduación, aúna expectativas, alegría, nostalgia y tristeza.
De esta manera, cada uno de las personas intervinientes en el acto dejó «una pincelada para esculpir en el corazón», apuntan desde el Colegio Claret.
En nombre de la entidad titular, Miguel Ángel Velasco, destacó lo querida que es la institución claretiana en la ciudad de Segovia. «Y eso es fruto de la labor de los alumnos, las familias, los profesores y del resto de la comunidad educativa durante años», reivindicó.
Por su parte, la profesora, Mamen Troncoso, les instó “a no perder la pasión” y les recordó que “el éxito se mide por la huella que se deja en el corazón de los demás”.
También, la familia Rico Salcedo, Alfredo y Yolanda, valoró la preparación académica y personal que habían conseguido los graduados y aseguraron que “con ellos, nuestras pensiones están aseguradas”.
Previamente, Juanjo Raya, director del centro, utilizando una metáfora futbolística, les animó a que fueran todos “jugadores comprometidos de la solidaridad y no observadores de tribuna de esta realidad”.
En el recuerdo
También hubo momento para el recuerdo. En este caso, personificado en Jaime, Adriana y Miguel, compañeros que emprendieron vuelo demasiado pronto, cuando no les correspondería hacerlo. Una gran vela y algunas flores simbolizaron el recuerdo de éstos y de otros familiares fallecidos.
Asimismo, recibieron una mención especial los ocho alumnos y alumnas que han conseguido culminar su formación en el Bachillerato Dual y que les otorga la doble titulación española y estadounidense.
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