El delegado territorial, José Mazarías, visitó ayer 4 de agosto el yacimiento del Cerro de los Almadenes, en Otero de Herreros. Acompañado por el alcalde del municipio, Meinardo Sanz y por Ruth Llorente, jefa del Servicio Territorial de Cultura y Turismo. Además, por los codirectores del proyecto de investigación Pilar San Clemente, Juan Álvarez y Carlos Morato; y por el presidente de la Asociación El Cerro de la Dama, Fernando de Pablos. El responsable de la Junta ha conocido el estado actual de las excavaciones en esta zona arqueológica.
Historia del yacimiento
El yacimiento fue identificado por el investigador francés C. Domergue en 1979. Es conocido en la bibliografía arqueológica como un lugar vinculado al trabajo de la minería y metalurgia del cobre durante los primeros tiempos del Imperio Romano. Desde el año 2009 se suceden las investigaciones por parte de un equipo de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología. La de 2022, inició el pasado 11 de julio y concluye hoy 5 de agosto, es la decimotercera campaña de excavaciones en este enclave.
El yacimiento arqueológico es singular por los elementos de tipo minero-metalúrgico de distintas épocas que contiene. Destacan los correspondientes a la secuencia cronocultural de épocas Altoimperial romana y Tardoantigua. A esta pertenecen varias zonas de explotación y extracción de mineral, con bocaminas y galerías mineras relacionadas con la explotación del recurso en esas épocas.
Junto a la zona industrial, y en la parte dominante del cerro, se localiza la zona de habitación, administrativa y de control del complejo minero-metalúrgico.
Importantes hallazgos de materiales arqueológicos en el BIC
El pasado mes de junio la Junta de Castilla y León declaró el Cerro de los Almadenes Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica. Con un presupuesto de 17.424,00 euros, la Junta ha financiado la redacción de un proyecto técnico para la conservación, restauración y adecuación museográfica del yacimiento. Todo ello para que sirva de hoja de ruta de cara a una musealización de la zona arqueológica.
Desde 2019, destaca en este enclave el hallazgo de un conjunto de materiales arqueológicos de filiación itálica: cerámica, estatuas de tipo «oficial», y una pieza ornamental (labrum). También, algunas monedas romanas vinculadas con la época correspondiente a las guerras cántabras (Augusto-Tiberio).
El hallazgo más reciente se ha producido en la campaña actual de excavaciones. Se trata de una cabeza de una escultura que será trasladada al Museo de Segovia.
Campaña de 2022
Está orientada a proseguir la excavación de unas estructuras halladas parciamente en 2021 en la misma zona donde habían aparecido las esculturas. Esto sugiere la posible existencia de un espacio con características de «santuario». Se realizará con el fin de buscar nuevos datos para la comprensión del contexto en el que se integra la construcción y estudiar las posibilidades de determinar su funcionalidad y su cronología precisas.
Los descubrimientos hechos desde 2009 ponen de manifiesto la magnitud del asentamiento, desde el punto de vista de la importancia que el enclave minero tenía para Roma en los primeros momentos del Imperio, bajo los mandatos de Octavio y de Tiberio.
Se sabe que el momento más álgido de la explotación minera en este lugar se produjo entre los siglos I a.C. y I d.C. y que contaba con cinco baterías de hornos, tanto de fundición como de tostación.