Para comenzar el nuevo año, el Archivo Histórico Provincial de la Junta de Castilla y León en Segovia ha seleccionado como ‘tesoro oculto’ de enero uno de los documentos más bellos y llamativos de los que conserva: una ejecutoria de 1579 de la sentencia del pleito litigado entre Juan Bernardo de Morales, difunto y vecino de Pedraza, Juan Bernardo y Francisco Ramírez, sus hijo y vecinos de Pedraza, contra el fiscal, los pecheros y el Concejo de la Villa sobre su hidalguía. 

La forma de la pieza es un cuadernillo de pergamino del que en tiempos colgó un sello, muy probablemente de plomo, y del que se conservan los hilos de seda de colores. Sus páginas están miniadas en vivos colores y con numerosas decoraciones entre las que destaca la imagen de Santiago, el Mayor, sobre su caballo blanco defendiendo la cristiandad española y haciendo gala de su calidad de patrón de España. Nunca ha sido restaurado porque nunca lo ha necesitado, por lo que mantiene casi intacta la forma en la que fue redactado hace ya 441 años.

El documento conservado en el Archivo Histórico Provincial de Segovia es una copia, lo que no le resta valor. Y es mucho más vistosa que su original ya que los nobles mandaban hacer estas copias de los pleitos que ganaban para obtener prestigio social. Gastaban bastantes cantidades en ello y competían por lograr documentos muy decorados.

El cuadernillo procede del fondo del Marquesado de Lozoya y fue conservado por la familia durante generaciones por la sencilla razón de que ganaron el litigio. De haber perdido, posiblemente existiría una bella copia en el Archivo Municipal de Pedraza, ya que en ese caso hubiera sido el Concejo de la Villa el que hubiera demandado una copia iluminada.

El original de este documento se encuentra en el Archivo de la Chancillería de Valladolid, donde se sentenció el pleito en la llamada Sala de Hidalguía de este tribunal. En esta Sala se veían las causas criminales de la nobleza de manera separada a las causas del resto de la población y los pleitos entre partes que afectaban a los nobles. El tribunal llevaba un registro que servía de matriz para poder sacar las copias solicitadas por las partes encausadas y, estas copias eran las que pagaban los nobles y aparecen iluminadas.

Un pergamino judicial sobre una disputa por el pago de impuestos

En cuanto al contenido del documento, es una ejecutoria, es decir, la orden real para que se ejecute el contenido de una sentencia de acuerdo con el fallo del tribunal judicial. En este caso, el tribunal de la Real Chancillería de Valladolid, tribunal de alzada hasta 1868. 

Pero ¿qué llevó a estos vecinos de Pedraza a enfrentarse al Concejo y a otros vecinos de su Villa? La respuesta está en el pago de los impuestos. Por aquellos años, las contribuciones se encabezaban, es decir, los oficiales de Hacienda determinaban cuánto debía pagar un pueblo en función del número de cabezas de familia. Por tanto, cuantas más personas pagaran a escote, menos le tocaba pagar a cada uno. El problema surgía con las clases sociales privilegiadas, clero y nobleza, que estaban exentas de estos pagos. Así, si había muchos nobles, que no pagaban, y pocos contribuyentes, los pecheros, que sí lo hacían, veían subir el monto individual. Esta es la respuesta. Si el tribunal no reconocía la hidalguía al padre y a sus dos hijos, perdían su estatus nobiliario y pasaban a engrosar el grupo de los pecheros. Con ello a más contribuyentes, menos cantidad individual.

Por desgracia para los vecinos pecheros de Pedraza, perdieron el pleito y se mantuvo la hidalguía de los Morales que con el tiempo emparentaron con los Lozoya y conformaron uno de los mayorazgos del Marquesado.