Después de tres años de trabajos, la empresa Hermanos Cristóbal Martín S.L, adjudicataria de las obras en el Teatro Bretón, ha entregado recientemente al Ayuntamiento de Sepúlveda el histórico edificio.
Tras la recepción de las obras, ahora quedan otras dos fases, la adecuación del escenario y la instalación del mobiliario (butacas). El Ayuntamiento de Sepúlveda ha encomendado el escenario a la empresa “Armar Iluminación y Sonido S.L.”. En cuanto al mobiliario, se encargará de él “Mamprieh S.L.”.
Aunque las subvenciones recibidas por parte de la Junta de Castilla y León han financiado en su integridad la obra civil, en el caso de la adecuación del escenario y el mobiliario, será el propio Ayuntamiento quien deba asumir el pago.
Desde el Ayuntamiento se espera que, en breve, el nuevo Teatro Bretón sea una realidad para disfrute de todos los sepulvedanos.
El lugar que ahora ocupa el Teatro Bretón albergó desde antiguo una alhóndiga o almacén de granos hasta que, en el siglo XIX, comenzó a ser utilizado como espacio escénico. Según la investigadora Carmen Menéndez Honrubia, en el año 1879 se constituyó en Sepúlveda la Sociedad “Teatro Bretón” en honor, sin duda, al dramaturgo Manuel Bretón de los Herreros, que había fallecido poco antes. Menéndez Honrubia defiende que ya en ese año se celebraban funciones en el edificio de la alhóndiga.
A lo largo de la primera mitad del siglo XX, el edificio cambió varias veces de propietarios, pero siempre se mantuvo su utilización como teatro. En esa época, el recinto estaba distribuido en dos alturas: patio de butacas y corredor o galería. Luego, en el año 1962, y debido al auge del cine, el Ayuntamiento decidió realizar una reforma cuyo objeto principal era adaptarlo para cinematógrafo. Finalmente, en 1974 se realizó una profunda transformación del inmueble que supuso un cambio sustancial de su configuración arquitectónica, llegando incluso a demolerse la planta superior.