Aguas abajo del embalse del Pontón Alto, junto a su pueblo, Palazuelos de Eresma, el segoviano David Llorente vuelve estos días a sentir el agua y empaparse, claves para su entrenamiento diario de K1 Slalom en aguas bravas, disciplina de piragüismo para la que había obtenido plaza en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. “Es el paraje del río Eresma en el que empecé”, destaca el joven deportista, de 23 años, en declaraciones concedidas a Ical, junto a la escuela de piragüismo.

“Me vienen recuerdos de pequeño”, rememora. Pero pensando en Tokyo admite “no estar en las mismas condiciones”, por lo que “habrá que currar fuerte” en estos más de 14 meses que restan, “porque hay deportistas en otros países que no han parado”.

Llorente practicaba en Londres cuando cuando se decretó el estado de alarma en España, momento en el que decidió regresar. En la capital británica existe un canal muy similar al que acogerá la prueba olímpica en Japón.

Un ergómetro, aparato que simula el paleo, ha permitido al segoviano mantener sus brazos en forma. Y por supuesto las pesas. “Físicamente estoy bien. Hago gimnasia, yoga, fortalecimiento y eso me ayudará a la vuelta. Me permite ir a ahora a remar, pero claro, soy de Segovia, y solo tengo un pantano y el río. Es complicado porque me dedico a aguas bravas”, lamenta. Todo ello a pesar de que ha colocado alguna “puerta” para los gestos técnicos.

Por ello, requiere de desplazamientos fuera de su provincia, pero en función de las diferentes fases de la desescalada, aún no lo tiene permitido. Sus lugares preferidos son los canales de Sabero (León) y Seo de Urgel (Lérida), donde se disputó esta modalidad en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. “Espero que sea pronto porque si no, no puedo progresar lo mismo que mis compañeros. Por ahora hay que esperar”, se resigna, ya que la próxima semana ya abren los centros de alto rendimiento, donde existen protocolos para no estar más de tres personas en el agua y no coincidir.

Llorente reconoce haber aprendido en el confinamiento a “valorar aspectos que no había terminado” en casa, como aprovechar para incrementar los créditos de sus estudios a distancia de Ingeniería Informática en la Universidad Isabel I de Burgos. Y augura que la sociedad “saldrá más reforzada”. “A nivel colectivo aprenderemos más a valorar las pequeñas cosas. De tenerlo todo a no salir apenas de casas, estar con los amigos, salir a dar un paseo por el campo…. Todo esto va a ser distinto”, opina. El joven deportista apela a la responsabilidad para cuando se escale de fase “y haya más libertad para moverse”. Sus esperanzas residen en la salida de esta crisis por el bien del país y por soñar en este año hasta los Juegos Olímpicos. “Pienso muchas veces en Tokyo. Y sobre todo en llegar a la final. Quiero soñar”, resopla.