El Segosala Segobús disputará este domingo (11:30 horas) su último partido oficial de 2020. Este sí. Tras el choque del pasado sábado frente al Unión Arroyo, el conjunto segoviano finalmente jugará este fin de semana el segundo de los partidos que tenía aplazados por positivos en el equipo rival. Lo hará en tierras vallisoletanas, en el pabellón Parquesol, y tras una semana atípica que no ha sido la mejor para preparar un duelo frente a un rival de la talla del Universidad de Valladolid.
El encuentro frente al equipo universitario llega cuando buena parte de la plantilla ya tenía puesto el chip de unas merecidas vacaciones. Pero éstas tendrán que esperar unos días más tras una semana en la que el trabajo ha estado condicionado tanto por las fiestas navideñas como por el cumplimiento del protocolo anti-covid.
El lunes el equipo no se pudo ejercitar debido a que uno de los jugadores podía ser contacto estrecho de un positivo. Descartada horas más tarde esta posibilidad, la plantilla de Ángel Zamora sí que pudo entrenar el martes, pero tan solo durante una hora en el pabellón Pedro Delgado. El jueves no pudo hacerlo al estar cerradas las instalaciones deportivas de la ciudad, por lo que se presentará en el pabellón Parquesol con tan solo una sesión de entrenamiento a sus espaldas.
Lo hará también con la baja de Monir, que sigue sin recuperarse de su lesión en el tobillo derecho. Tampoco será de la partida Julio, quien tras forzar el pasado sábado frente al Unión Arroyo tendrá que descansar varias semanas para recuperarse por completo de su microrrotura muscular. En principio, el resto de la plantilla estará a disposición de Ángel Zamora.
Pese a las bajas y a las dificultades, el Segosala Segobús tratará de sacar un resultado positivo de un encuentro frente al equipo más en forma del grupo. El Universidad de Valladolid es un conjunto que hasta la fecha tan solo ha perdido un encuentro esta temporada y que pese a su juventud está demostrando ser muy competitivo, sobre todo en los finales apretados. Cuenta en sus filas con hasta cuatro jugadores de la provincia de Segovia (algunos de ellos con pasado en el Segosala) y su técnico, el también segoviano Kike Molina, conoce a la perfección el estilo de juego del equipo entrenado por Ángel Zamora.
El conjunto universitario, además de por su juventud y calidad, destaca por ser un equipo que defiende en zona, circunstancia que pondrá a prueba la paciencia y precisión del Segosala en las jugadas de ataque. Muy rápido en transiciones, el Universidad de Valladolid es un equipo que comete muy pocos fallos durante los cuarenta minutos y que aprovecha los cometidos por el rival.