El Segosala Merkamueble ya es de Segunda División. El equipo que dirige Agustín Pérez ya es de plata. El conjunto que capitanean Chivi y Eva compartirá categoría con el Unami la próxima temporada, después de que la suerte, el destino, las coincidencias o cualquier otro factor romántico en el que se pueda pensar, permitiese que ellas dos, tras años tirando dentro y fuera del campo del equipo, fuesen las encargadas de marcar los dos tantos que ayer le dieron la victoria al conjunto rojinegro frente al Cáceres Femenino.

En un partido extenuante hasta el segundo final, las jugadoras de Agustín Pérez sufrieron como llevaban sin hacerlo en dos temporadas y lograron imponerse por 2-1 a un equipo que les exigió en lo físico y a una situación, la de jugarse el ascenso en un único partido, que les exigió aún más en lo mental. Por suerte, tuvieron de su lado a un Pedro Delgado con cerca de doscientas cincuenta personas que no se cansaron de apoyar a las segovianas –mención especial para quienes serán sus rivales en Segunda, las jugadoras del Unami- y que les recordaron permanentemente que habían llegado hasta ahí para ganar. No había otra opción.

Y a ello se dispusieron al saltar a una cancha que, desde el principio, impuso más que en partidos anteriores. Los nervios y la inexperiencia se notaron en exceso en muchas jugadoras, jóvenes y veteranas, y los primeros diez minutos de encuentro fueron, con toda seguridad, los peores del equipo en mucho tiempo. Las jugadas ensayadas eran rápidamente interpretadas por el rival, no había más de tres pases seguidos y los intentos por resolver la papeleta por la vía rápida e individual eran continuos y continuamente inútiles. Faltaba pausa, ritmo y fútbol sala y eso, si beneficiaba a alguien era a las rivales, que una y otra vez robaban balones en las alas, replegaban rápido y disparaban desde lejos, haciendo gala de sus principales virtudes. Por suerte para las de casa, el Segosala salió vivo de eso y en una jugada de córner en el minuto 12, Eva recortó en la frontal del área, disparó con la izquierda e hizo gritar de júbilo y alivio a partes iguales al pabellón entero.

A pesar de que en la jugada siguiente al 1-0 las visitantes tuvieron su mejor oportunidad, que Sonia, la guardameta local, despejó a córner con la punta del pie, a partir del tanto inicial llegaron los mejores minutos de las del Segosala, que empezaron a trazar paredes, respetar los tiempos de la paciencia y convencerse de que hacerlo mucho mejor era tan fácil como mover el balón de lado a lado -haciendo bascular así a un equipo falto de conocimientos en ese aspecto-, tocar, cortar, aparecer, desaparecer y volver a aparecer en otro lugar de la cancha mucho más vacío y con mucho más espacio para, ya sí, tratar de encarar la portería rival. Pese a ello, no hubo ocasiones excesivamente claras y el partido quedó abierto a lo que sucediera en la segunda mitad.

Y sucedió que el Segosala reapareció en la cancha con ganas de parecerse más al del segundo tramo de la primera parte que al de los primeros diez minutos. Aún así, el 2-0 llegó después de que Eva se cansase una y otra vez de encontrarse con sus propios rebotes y el balón le cayese a Chivi, que al igual que Moni llevaba un rato flanqueándola en el área esperando un pase. Con veteranía, Chivi supo estar en el lugar adecuado y resolver sin nervios ni precipitación para lograr un tanto que hace justicia a toda una trayectoria preocupada por el rojo y el negro, desde el corazón hasta los pies.

Lo bueno era que el Segosala ya tenía una diferencia importante en el marcador, lo malo, que, en el mismo, aún quedaban 17 minutos por jugar y el Cáceres iba a seguir insistiendo por la vía del disparo exterior y el agotamiento al adversario. Lo bueno era también que las de casa tenían rotaciones en las que ya no había nervios, que alguna jugadora joven como Iratxe había encontrado en el partido más importante del año la plena inspiración y que otras con encuentros a sus espaldas, como Moni, se echaban al equipo a las ídem. Lo malo, que el tiempo pasaba y los gemelos se cargaban a Laura, un golpe dejaba a Alejandra tocada y, para colmo, un tiro de las visitantes rebotaba en la espalda de Valle para cambiar su trayectoria, acortando la distancia en el resultado y pareciendo alargar el tiempo en el marcador. María Corbacho que ya había hecho temblar al larguero y al público en una ocasión antes del 2-1, repitió la jugada, y cuando quedaban sólo tres minutos para la conclusión del encuentro, Moni puso cabeza para salvar el empate bajo los palos.

Precisamente con Moni en la posición de pívot fijo, recibiendo balones en largo de Sonia, en un cambio táctico muy bien advertido por el técnico local, llegaron las últimas oportunidades para el Segosala de poder sentenciar el partido y relajar el ambiente. Pero estaba claro que la eliminatoria por el ascenso no iba a ser ningún paseo ni una misión fácil. Dicen que así se disfruta más. Puede ser, pero lo que se sufre antes no está escrito.

 

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SEGOSALA MERKAMUEBLE: Sonia, Angélica, Lau, Moni e Iratxe; también jugaron Sonia Antón, Chivi, Valle, Eva, Alejandra e Isa.

FEMENINO CÁCERES: Nuria, Lucía, Isabel, María Corbacho y Nuria; también jugaron Cecilia, María Herrero, Daniela, Lucía Cancho, Nadia, Cristina y Beatriz.

ÁRBITROS: Marino Herrero y Rodríguez Faraco.

GOLES: 1-0 (min 12) Eva; 2-0 (min 23) Chivi; 2-1 (min 27) Cecilia.