El Salto del Olvido en Segovia es un salto de agua que se creó en 1926 para obtener energía eléctrica para Valsaín.
Según explica el Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso «fue una obra capaz de resolver el problema crónico de abastecimiento eléctrico de la Granja desde finales del Siglo XIX». Además, reseña , «llevaría energía eléctrica tanto al pueblo como al Palacio, donde veraneaba la infanta doña Isabel».
De este modo, continúa, tras el inicio de las obras, se paralizaron durante el otoño y el posterior invierno por la abundancia de lluvias. No obstante, los trabajos se reanudaron a finales de la primavera de 1927. Finalmente, en septiembre de ese mismo año quedó inaugurada por la infanta doña Isabel.
La historia del Salto del Olvido
En 1985 la titularidad del Salto del Olvido, al igual que la de los Montes de Valsaín pasa a ICONA, quien define su estado como ruinoso, detalla.
Y, así, acorde al Plan Energético Nacional, que contemplaba la recuperación de instalaciones abandonadas, en 1992 comenzaron las obras de acondicionamiento de la Presa y la Central para volver a ser utilizadas.
En 1993 la Junta de Castilla y León reconoce y levanta Acta de puesta en marcha de las instalaciones electromecánicas, propiedad del ICONA para el aprovechamiento de 2.5000 SS/seg. del río Eresma y de 300 SS/seg. del arroyo Bercial.
Salto de 49 metros
La Presa consigue situar el agua a una altura tal que permite su transporte por la ladera a través de un canal.
Tiene dos salidas, una la conducción a la central y otra al río. Esta salida al río, se constituye como una escala de peces (o escala salmonera). Esto dota de continuidad al río, interrumpida por esta infraestructura transversal, y con ello que la fauna consiga remontar el río en este punto.
Para asegurar un caudal mínimo o caudal ecológico necesario para la vida de la flora y la fauna del río, la presa posee sofisticados sistemas informatizados, y sensores ópticos que en función del caudal de entrada a la presa, hacen que se cierren o abran las tomas a los canales de la central.
Foto de portada de archivo / Leo Rivas en Unsplash