El viernes 22 de octubre a las 17.00 horas, el municipio segoviano del Real Sitio de San Ildefonso rendirá homenajeará a dos vecinos que fueron víctimas del nazismo. Se instalarán dos adoquines dorados en la acera del último domicilio donde habitaron los dos vecinos del Real Sitio que fueron deportados al campo de concentración nazi de Mauthausen.
En total fueron 28 los segovianos que terminaron en este fatal destino tras exiliarse en Francia como consecuencia del golpe de estado contra el Gobierno de la República y la Guerra Civil.
Uno de los deportados al campo de concentración de Mauthausen-Gusen, Pedro Carrillo Pérez, liberado por tropas estadounidenses en 1945, vivió en lo que hoy es el Parador Nacional de La Granja, por lo que en su puerta se colocará su adoquín; mientras que la de Andrés Velasco Moreno, asesinado en este campo en 1941, se pondrá en su domicilio de la calle Ría Alta.
“Una persona solo es olvidada cuando su nombre es olvidado”, esta cita del Talmud, el libro sagrado judío es mencionada a menudo por el artista alemán Günter Demnig para explicar el proyecto ‘Stolpersteine’, para dar un recuerdo personalizado a cada víctima.
La traducción al castellano de ‘Stolperstein’ podría ser ‘piedra que hace tropezar” y que, en este caso, hace tropezar con el holocausto, la memoria histórica y el reconocimiento que lleva implícito.
Demnig instaló el primer adoquín en 1992 y, desde entonces, se han fabricado y colocado más de 75.000 de estos pequeños memoriales a las víctimas de la barbarie nazi en 23 países de Europa y América, incluidos casi 500 en España. De este modo, el Real Sitio de San Ildefonso se suma al monumento más extendido del mundo.
Tras dos años de gestiones y retrasos debidos a la pandemia se hace realidad esta iniciativa impulsada por diversos vecinos y familiares, apoyado desde el primer momento el alcalde del Real Sitio, Samuel Alonso.