Apenas llega al centenar de habitantes el pueblo de Segovia con un castillo que se vende, desde hace tiempo, por 15 millones de euros.
Condado de Castilnovo está formado por La Nava, Villafranca del Condado, Valdesaz y Torrecilla. Geográficamente, La Nava y Torrecilla están al norte de Condado de Castilnovo a 1,9 km el primero y 2,7 km el segundo. Villafranca al sur a 1,3 km. Valdesaz a 2,8 km al suroeste, detalla Prodestur.
La historia del castillo del Condado de Castilnovo
El castillo de origen árabe y el estilo de su arquitectura es mudéjar, explica el organismo de turismo de la provincia de Segovia. «En sus paramentos alternan la piedra y el ladrillo. Está rodeado por un bosque de sabinas y enebros y vegetación de ribera. Aunque no se encuentra sobre ninguna colina o punto elevado, compensaba esta deficiencia con un tamaño considerable de muros y torres defensivas. Según la tradición, comenzó a construirse a mediados del s. VIII, durante el reinado de Abd-al Ramán I (734-788), aunque los restos más antiguos son unos muros de tapial, datados entre los s. X y XII, coincidiendo con la época en la que Almanzor (939-1002) recuperó para el Islam las tierras de Sepúlveda».
«A partir del siglo XII se refuerzan los muros y empiezan a añadirse la torre de la Solana, la torre de la Puerta y la torre Vieja. Algo más tardías son la torre del Moro y la torre del Caracol».
También desgrana que «perteneció a Fernando I de Aragón (1380-1416), pero fue don Álvaro de Luna (1390-1453), condestable de Castilla y valido de Juan II (1405-1454), quien dotó al castillo del aspecto mudéjar (s. XV) que a pesar de las muchas reformas ha conservado hasta ahora.
En el siglo XVI pasa al patrimonio familiar de los Velasco, condestables de Castilla y duques de Frías. Concretamente, en 1526 pasaron por aquí Francisco y Enrique, hijos del rey francés Francisco I, hacia su prisión de Pedraza, donde permanecieron tres años. En 1557 encontramos a Juliana de Velasco y Aragón como primera condesa de Castilnovo.
Ya en el siglo XIX perteneció a la rama católica de la familia Hohenzollern. En 1859 el príncipe Federico Guillermo Constantino se lo vendió al afamado pintor catalán José Galofre, quien emprendió una importante restauración, manteniendo el aspecto mudéjar».
Durante el pasado siglo XX, estuvo marcado por la figura del Marqués de Quintanar, castellano consorte al casarse con una descendiente de Galofre. De esa época, apunta, son los ventanales neogóticos y el pórtico que hiciera en el patio el arquitecto segoviano Caballero Dodero (1888–1953). En 1976, la viuda del marqués, ante la imposibilidad de afrontar la restauración de una zona derrumbada, vendió la propiedad a una sociedad hispano mejicana, y actualmente funciona como lugar para eventos multitudinarios, como bodas y rodajes, y puntualmente como servicio de restaurante bajo reserva previa o conciertos de música clásica.
A la venta por 15 millones de euros
El castillo está en venta desde hace tiempo en el conocido portal inmobiliario Idealista. Cuesta 15 millones de euros.
Tiene 22 habitaciones, 16 cuartos de baño y chimenea en una parcela de 780.000 metros cuadrados.
Fotografía de BigSus – Trabajo propio, CC BY 2.5, Wikipedia