El nuevo Plan Hidrológico que la Confederación Hidrográfica del Duero ha planteado para el periodo 2021-2027 destina más de un tercio de la inversión total prevista a la reducción de la contaminación difusa, aquella debida principalmente a los excedentes de la fertilización química de origen agrícola y al aporte de elementos nitrogenados en forma de estiércol. En concreto, se dedicarán a este aspecto 951,36 millones de euros de los 2.743,64 millones que contempla el plan.
Además, esta cantidad supone el 96,5 por ciento del dinero previsto entre 2009 y 2033 para reducir la contaminación difusa en la cuenca del río Duero, que se eleva hasta los 985,58 destinados a tal fin durante cinco lustros. De esta manera, de las 251 medidas previstas para dicho periodo, 247 se pretenden poner en marcha en el próximo plan, que contempla los años 2021 a 2027, según revela el borrador del Plan Hidrológico de la CHD al que ha tenido acceso Ical.
El aumento de la cantidad destinada a la reducción de la contaminación difusa con respecto al último plan es notable, ya que se pasa de los 0,96 millones de euros que se dedicaron a este fin entre 2015 y el presente año, a los 951,36 millones que se prevé invertir entre 2021 y 2027. Previamente, en el Plan Hidrológico de los años 2009 a 2015, se dedicaron 9,26 millones de euros para la reducción de la contaminación difusa, y en el último plan de los 24 años contemplados en el borrador actual se tiene previsto invertir 24 millones de euros.
En total, la CHD prevé manejar 985,58 millones de euros para la reducción de la contaminación difusa entre 2009 y 2033, lo que supone un 16,24 por ciento de los 6.067,79 millones de euros previstos entre los cuatro planes hidrológicos. Se trata de la tercera cantidad total más grande tras los 1.294,06 millones de euros destinados a las medidas para la reducción de la presión por extracción de agua, que supone un 21,32 por ciento, y de los 1.092,67 millones dedicados al incremento de los recursos disponibles, un 18 por ciento del total previsto para los cuatro planes hidrológicos.
En cuanto al porcentaje que la CHD destina a la reducción de la contaminación difusa con respecto a cada plan, en los relativos a 2009-2015 y 2015-2021 se dedicaron solo el 0,69 y el 0,07 por ciento de los 1.338,84 y 1.293,57 millones de cada plan. Sin embargo, en este próximo Plan Hidrológico, relativo al periodo 2021-2027, el porcentaje alcanza el 34,67 por ciento del total de 2.743,64 millones de euros previstos. Para los años 2027 a 2033, los 24 millones presupuestados representan un 3,46 por ciento de los 691,74 millones totales previstos.
Contaminación difusa
La contaminación difusa es definida por la Confederación Hidrográfica del Duero como aquella que, además de un origen agropecuario por los excedentes de la fertilización química de origen agrícola y el aporte de elementos nitrogenados en forma de estiércol, puede estar asociada también a otras fuentes como la escorrentía de zonas urbanas, infraestructuras de transporte, terrenos forestales, presencia de zonas industriales abandonadas y zonas mineras.
No obstante, y aunque en la cuenca del Duero “se trata de presiones no significativas”, como afirman desde la CHD en su borrador del Plan Hidrológico, su presencia “afecta notablemente al aire y al agua de un espacio determinado”, y es uno de los principales problemas existentes para conseguir alcanzar el objetivo de buen estado, tanto de las masas de agua superficial como, especialmente, de las de agua subterránea.
Y es que el 22,4 por ciento de las masas de agua superficial y el 25 por ciento de las masas de agua subterránea de la demarcación hidrográfica presentan presiones significativas por contaminación difusa de origen agrario, lo que supone un total de 159 masas de agua superficial y 16 masas de agua subterránea de la cuenca del río Duero afectadas.
Por ello, y aunque según la CHD “en los ciclos anteriores el problema del contenido de nitratos se ha estabilizado”, no se ha conseguido disminuir significativamente las concentraciones de contaminación difusa en el agua, que incluso han aumentado en algunas zonas, por lo que de cara al tercer ciclo de planificación, se adopta “una postura ambiciosa con medidas adicionales y acciones reforzadas para revertir la situación”, con un presupuesto de 951,36 millones de euros, el 96,5 por ciento del dinero destinado en cinco lustros a la reducción de la contaminación difusa y el 34,67 por ciento del total del próximo Plan Hidrológico.
La mayor inversión de la CHD en este aspecto llega así en pleno debate sobre la proliferación de la presencia de las macrogranjas en el territorio de Castilla y León, especialmente en el relativo a la cuenca del Duero, por las consecuencias que puede conllevar en referencia a la contaminación difusa del agua, aspecto este último que la CHD quiere atajar con una inversión de 951,36 millones durante los próximos seis años.
Propuesta de medidas
Dicha cantidad se dividirá en 247 medidas propuestas por la CHD, que abordarán los elevados contenidos de nitrato que afecta a otros usos, el problema de la contaminación difusa en las aguas subterráneas – principalmente en zonas aluviales, páramos calcáreos del centro de la demarcación y en el extenso acuífero detrítico multicapa de la región centro-sur del Duero -, así como en las aguas superficiales, que también pueden verse afectadas por la contaminación difusa originada por el arrastre de fertilizantes o fitosanitarios en las aguas de escorrentía.
También se tratará de resolver la inadecuada gestión de residuos de las explotaciones agrícolas y ganaderas que provoca la presencia de elevados contenidos de nitrato, de más de 50 miligramos por litro, en una cantidad significativa del agua subterránea de la parte española de la demarcación hidrográfica del río Duero.
Todo ello a través de actuaciones de la Administración General del Estado entre las que se encuentra la modificación de la normativa del Plan Hidrológico del Duero para limitar el uso en la zona de servidumbre, y en las parcelas próximas a los cauces implantar una banda de protección según la gravedad de la contaminación cuando se pretenda acceder al derecho al uso del agua.
Se buscará asimismo que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación elabore una nueva normativa en cuanto a fertilizantes y nutrición sostenible de los suelos agrícolas, acompañada de programas para la capacitación en el desarrollo de buenas prácticas por parte de agricultores y ganaderos, así como ajustar las redes de control y obtener la máxima información sobre la magnitud de la contaminación difusa en los programas de seguimiento y realizar un Plan de Acción que permita afrontar los problemas de la contaminación difusa y, en particular, los de contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias.
En cuanto a las actuaciones que puede llevar a cabo la Comunidad de Castilla y León para disminuir la contaminación difusa, la CHD propone la revisión y actualización de las zonas vulnerables, un nuevo programa de actuación en las mismas, la elaboración de medidas adicionales como la exigencia de la aplicación del Código de Buenas Prácticas en todo el territorio vinculado a masas de agua con presión significativa por nitratos, y la inclusión en el Programa de Desarrollo Rural de una línea para facilitar que los particulares titulares de terrenos colindantes con el Dominio Público Hidráulico puedan ofrecer un servicio sistémico ambiental como bandas de protección, sistemas de dosificación de fertilizantes o sistemas de apoyo a la toma de decisiones de fertilización.
Se propone igualmente el establecimiento de una línea de ayudas vinculadas a la PAC para compensar a los particulares por no aplicar fertilizantes en las bandas de protección relativas a terrenos de labor colindantes a masas de agua y sus tributarios, y promover que en los procesos de concentración parcelaria, las masas comunes puedan ubicarse como bandas de protección de la contaminación difusa de los cauces, mediante la adecuada vegetación de ribera.