Un debate es mucho más de lo que se dice, es como se dice, lo que dicen los gestos e, incluso, lo que no llega a decirse. Es la retórica, las miradas, las sonrisas y los reproches… Eso es lo que esta tarde se ha vivido en La Alhóndiga. Segovia nunca había celebrado algo similar. Atriles, cronómetro… ¡y acción!.
La Federación Empresarial Segoviana lo tenía claro, quería que los candidatos hablaran de compromisos reales ante sus asociados, tener compromisos. Así lo explicaba el presidente de Fes, Andrés Ortega, quien reclamó también «empatía» con el mundo empresarial de todos ellos.
El público era exigente y conocedor. Eso impone. Los nervios eran patentes, en todos y cada uno de los candidatos que, previamente, ya habían inspeccionado los atriles desde los que expondrían al cerca de centenar de empresarios que se dieron cita en la sala.
La improvisación brillaba por su ausencia, así fue pactado por los equipos. Todo estaba medido: las intervenciones, los tiempos, las ubicaciones… solo una pequeña parte, la de las preguntas del público (hubo media docena) dejaban un cierto margen de improvisación a lo previamente «preparado y estudiado», dejaba «ver la patita» de su forma de ser y de la relación entre todos ellos, del carácter de cada uno. El resto, pactado. Desde quien empezaba hasta quien terminaba, pasando por la colocación de los atriles, el número de acompañantes o los tiempos de cada uno. Todo, moderado por el periodista y director de Comunicación de la FES, Alfonso Arribas.
Comunicación no verbal
Cada cosa por pequeña que fuera hablaba, empezando por los atriles. Mientras que algunos grupos como Segovia en Marcha- Podemos, Izquierda Unida o VOX centraron su imagen de la jornada en el logo de sus partidos, otros candidatos, como Noemí Otero, impulsaba su marca personal bajo ya el conocido ‘Noemí ON’, dando más relevancia a la persona que al partido con el que concurre: Ciudadanos. Por su parte, el PP continúa con su ‘Maza23’ personificando en el candidato la campaña y Clara Martín, candidata socialista juega con las palabras ‘La Alcaldesa Clara’, en una alusión a su posición actual, en el Gobierno, y a su aspiración tras las elecciones.
Sus tonos, también muy diferentes. Mientras que Esther Nuñez, candidata de VOX, leía cada intervención con un tono unísono; José Mazarías sujetaba el atril en unas primeras intervenciones leídas de manera pausada y entonadas con mensajes en clave política. Por su parte, Clara Martín, con un tono calmado y pausado no leyó sus intervenciones. Tampoco lo hizo Guillermo San Juan, puede que el más dinámico de todos, aunque con un ritmo bastante acelerado durante los primeros tiempos. Por su parte, Ángel Galindo, sin apenas movimiento, frente a una atenta Noemí Otero, bastante contundente, que tomaba notas cuando hablaba del resto de los candidatos. También lo hacía Martín, que levantaba su mirada sonriendo a sus compañeros de partido socialista en la sala mostrando cierta complicidad entre todos ellos.
Urbanismo y turismo
Los temas también estaban pactados y preparados. No se conocieron «con detalle» esos compromisos reales que reclamaba el presidente de FES. Sí algunas pinceladas, mezcladas con reproches a otros candidatos o instituciones. Quizá fue Noemí Otero la que más pequeñas claves proporcionó de su programa (el único presentado hasta el momento completo), aunque todos ellos defendieron de sus propuestas.
Probablemente el momento de las preguntas fue el más tenso. Urbanismo fue objeto de debate y de disputa, era previsible. También aquí (como durante las intervenciones) se escucharon reproches entre el candidato popular y hasta hace unas horas delegado de la Junta, José Mazarías, y de la candidata socialista, y actual alcaldesa, Clara Martín. Uno y otro difieren (y mucho) entre la responsabilidad del Gobierno regional y del Ayuntamiento, respectivamente en muchos de los asuntos tratados.
Sin embargo, fue en una de las preguntas, únicamente dirigida a Izquierda Unida y a Podemos, relacionada con el turismo, cuando se produjo el momento de mayor tensión. Fue cuando el candidato del PP intentó contestar y su turno de la palabra, conforme a lo pactado previamente por todos los equipos (incluido el suyo) fue denegado por el moderador. Tras ello, su respuesta llegó en el siguiente espacio que tenía asignado.
Como colofón, dos minutos individuales de cada uno. Estos, estudiados, pautados y ensayados, cerraron un debate en las horas previas de una campaña, que arranca en unos minutos, y que decidirá el futuro del Consistorio de Segovia a partir del 28 de mayo.
El verdadero debate y la verdadera encuesta será entonces.