· Según el estudio científico del cronotipo, son más los españoles matutinos que vespertinos, por lo que no tendrán grandes dificultades para adaptarse al cambio de hora del próximo domingo
· Dolores Corella: «la luminosidad inhibe la secreción de melatonina, hormona que estimula el sueño. Por ello, amaneciendo una hora antes, el cuerpo llega en mejores condiciones al trabajo a primera hora de la mañana»
· Sara de la Rica: «sería conveniente que España pueda mantener el mismo horario que Francia y Alemania, ya que son grandes socios económicos y a pesar de nuestra posición geográfica, compartimos intereses»
El próximo domingo 27 de noviembre los españoles tendrán que volver a retrasar las manillas del reloj para adaptarse al horario de invierno y, por el momento, este cambio no será definitivo. El Parlamento Europeo ha retrasado la votación para eliminar o mantener el cambio de hora hasta 2021 y, adelantándose a cualquier escenario posible, los científicos de la Fundación Gadea han analizado las ventajas e inconvenientes de mantener uno u otro horario y el impacto que podría tener en la salud psicológica, la economía y los hábitos de vida de los ciudadanos.
Para Dolores Corella, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Valencia, «cada día se concede más importancia a los horarios y a la cronobiología en nuestra salud. Está demostrado que las personas que trabajan en turnos de noche y cambian con frecuencia de horario tienen más riesgo de diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares e incluso alteraciones psicológicas como depresión». Sin embargo, añade, «dado que el cambio horario solo implica el adelanto o retraso de una hora, tras una cierta alteración inicial, la mayoría de las personas se adaptan en menos de tres semanas sin problemas. El grupo más susceptible a este cambio son los niños, ya que los cambios de luminosidad y de horarios puede alterar su conducta y también tener un impacto a nivel fisiológico».
Por su parte, la catedrática de Economía, Sara De La Rica, considera que la idea de suprimir el cambio de hora responde a una demanda de los hogares para el establecimiento de un solo horario. «El problema está en si se aplica el de verano o el de invierno, una diferencia nada trivial». Además, añade, «sería conveniente que España mantenga el mismo horario que Francia y Alemania, ya que son grandes socios económicos y a pesar de nuestra posición geográfica, compartimos intereses».
«Los países de centro y norte de Europa prefieren el horario de verano y realmente podría ser beneficioso para la economía. Es cierto que en algunas regiones como Galicia amanecerían muy tarde en invierno y anochecería más tarde en verano, pero en Cataluña y la cuenca mediterránea se verían mucho más perjudicados si se aplicase el cambio de horario de invierno. El turismo es una fuente de ingresos muy valorada y cuanta más luz, mejor para el gasto de los turistas», explica la economista. «En general, cuanto más tarde anochece más vida social y mejor repercusión sobre el comercio, especialmente en la franja horaria posterior a la jornada laboral», concreta De La Rica. Según Vicente Salas, Catedrático de Organización de Empresas, economista y consejero de la FGC, «la luz del día es positiva para el comercio y el turismo, pero también sería conveniente adoptar medidas que ayuden a equilibrar las horas de sueño y descanso de los trabajadores con el ritmo del turista, lo cual no es tarea fácil».
En esta línea, Corella asegura que la luminosidad del entorno es muy importante, ya que regula múltiples procesos fisiológicos, el estado de ánimo, la capacidad de concentración, la memoria y las habilidades ejecutivas. «La hormona de la melatonina, producida por la glándula pineal y localizada en el cerebro, regula el reloj biológico, estimulando el sueño y el descanso, así como la reparación de procesos. Se ha demostrado que la disminución de secreción de melatonina, inhibida por la luz y estimulada por la oscuridad, acelera los procesos de envejecimiento. Estar mucho tiempo expuesto a luz artificial, en lugar de adaptar nuestra vida a la luz natural, puede alterar nuestra secreción de melatonina y aumentar el riesgo de padecer algunas enfermedades», concluye la experta.
Para Salas, «la luz solar es positiva para la actividad económica, siempre que no altere las pautas de sueño y descanso de las personas. Hay estudios rigurosos que demuestran que una hora más de sueño de promedio a la semana aumenta la productividad en un 5% aproximadamente». Por tanto, «el debate en torno al cambio de hora debería enmarcarse en un debate más amplio sobre qué hacer para aumentar el tiempo medio de sueño de las personas en España»
Más horas de luz no afectarían a la productividad laboral
Respecto a la productividad laboral, De La Rica afirma que «repercutiría muy poco. Las personas nos acostumbramos fácilmente a nuevos entornos y la productividad no se vería afectada por estar siempre en horario de verano. Además, si se permite cierta flexibilidad en la hora de entrada y salida, los ciudadanos podrían adaptarse a la luz que más les ayuda durante sus horas de trabajo», asegura De La Rica.
Por su parte, Corella recomienda tener en cuenta el cronotipo de cada persona, determinado por la genética y la edad. «A las personas que son más matutinas, se despiertan más pronto y son más activas durante las primeras horas de la mañana se les denomina alondras, mientras los que se levantan más tarde y prefieren hacer actividades por la noche, son conocidos como vespertinos. Atendiendo a estas características, en algunas universidades de Estados Unidos, se están adaptando los horarios al cronotipo de los alumnos para conseguir un mejor rendimiento».