Grocery cart loaded with fresh fruit and bread moving through the aisle.

El presidente de UCCL Segovia, Juan Manuel Palomares, quiso dejar claro hoy a los consumidores que el fuerte incremento que han sufrido este 2020 los precios de las frutas, verduras, carnes y pescados, de todos los alimentos, no se puede atribuir a los productores, ya que no se registró un incremento de los costes de producción para los agricultores y ganaderos ni en el transporte.

El cierre de hoteles, restaurantes y cafeterías, lo que se denomina el canal Horeca, sostuvo Palomares, junto a un insuficiente apoyo al almacenamiento privado, ha tenido una repercusión negativa para el lechazo, el cochinillo, el vacuno de carne y la patata. En el caso del vacuno de carne su situación no se ha salvado ni paliado a pesar de las exportaciones a los países árabe. El cochinillo, “gravemente afectado”, según destacó Palomares, ha hecho que los ganaderos cambien al cerdo de cebo. La misma mala situación afecto a los ganaderos de lechazo.

En el caso del porcino de capa blanca se considera “un año normal” gracias a las exportaciones que se realizaron al mercado chino. En el caso de los cereales también se puede hablar de un año “muy bueno” para los agricultores segovianos, al registrarse una “cosecha histórica”. El presidente de UCCL Segovia señaló que, desde el verano, vienen notando “movimientos de especulación que antes no se habían visto”, con precios en puerto que estaban por encima de los de esta provincia.

Por otra parte, el censo agrario cayó, desde 2008 a 2020, un 11 por ciento en Segovia y un 19 por ciento en Castilla y León. En su habitual comparecencia a final de año, Juan Manuel Palomares explicó que siguen pendientes del Brexit porque “siempre somos monedas de cambio”, además de lamentar que siga sin haber un observatorio de precios para fijar los costes de producción y fijar las condiciones de los contratos.