El economista británico de origen indio Lord Meghnad Desai (Gujarat, 1940) cree que Occidente todavía vivirá “15 o 20 años con poco crecimiento, poca inflación y salarios bajos” tras una crisis por la que “habría que meter en la cárcel a unos cuantos banqueros”, aunque también matizó que cada individuo se dejó llevar por los bajos tipos de interés y se endeudó demasiado. Hubo desmesura y un exceso de confianza ante los riesgos de un capitalismo que ahora funciona mejor en Asia que en Occidente, según apuntó, por una mejor regulación de su mercado financiero.

Lord Desai, profesor emérito de Economía en la London School of Economics y miembro del Partido Laborista del Reino Unido, preside el Foro de Instituciones Monetarias y Financieras, una plataforma (‘think thank’) de origen británico e independiente que reúne a especialistas económicos públicos y privados. Es un habitual de los Hay Festival que se celebran por todo el mundo y este domingo regresó un año más al de Segovia para ofrecer una charla sobre la situación económica pasada, presente y futura en la sala capitular de IE University.

En apenas una hora concentró cinco siglos de historia de la economía para intentar explicar los motivos por los que todos los expertos fracasaron a la hora de predecir la depresión de 2008. “Ahora sabemos el tipo de crisis que ha sido, se ha comparado con la de 1929 y los economistas nos hemos hecho muy famosos, como estrellas del rock, pero lo cierto es que toda la profesión fracasó en su conjunto”, reconoció en declaraciones recogidas por Ical.

“Cuando empezó la crisis los economistas no pensaban que pudiera ser tan profunda, creían que la economía volvería a repuntar por llegar a un nivel de paro insostenible”. No fue así, y Desai comparó semejante error de predicción con el de la I Guerra Mundial (1914-1918), cuando “todos los países pensaron que terminaría antes de navidades y duró cuatro años”.

En el libro que ha publicado este año, con próxima edición en español y titulado ‘Hubris: why Economists Failed to Predict the Crisis and How to Avoid the Next One (2015)’ (‘Desmesura: por qué los economistas no predijeron la crisis y como evitar que ocurra la próxima vez’), Desai plantea los motivos por los que fallaron de tal modo. Aunque en cierta manera vino a justificarlos, al señalar que se basaban en “cimientos intelectuales muy sólidos”.

De hecho, en la recta final de la charla, uno de los asistentes (cerca de un centenar, tantos como cabían en la sala) reconoció que seguía sin ver clara cuál es la solución que propone, y la respuesta no despejó todas las dudas, o al menos no fue tranquilizadora: “El mundo es el que es, hay que asumirlo, hay crisis, ciclos altos y bajos. Pensábamos que los gobiernos tenían autonomía para actuar sobre la economía y no la tienen, en todo caso pueden ir actuando dentro de los ciclos globales”.

Como ejemplo citó a Grecia y España, “que han tenido que pasar por el rodillo de la Zona Euro” porque “un Estado sin solvencia económica monetaria no puede tomar sus propias medidas”, algo que “los propios europeos se lo han impuesto a sí mismos”.

“El dinero se crea porque sí”

Desai sugirió que “quizá ha llegado la hora de una nueva perspectiva” en la que se debe aceptar que “el capitalismo es un sistema desequilibrado”. “Surgen innovaciones por lotes que trastocan el sistema, lo derrumban todo, y entonces es imposible organizar las cosas porque todo cambia de golpe”, como la “enorme” transformación generada por internet. Como ejemplo citó a los refugiados que “vienen de Siria con sus teléfonos móviles y programan con su GPS el lugar de Alemania al que quieren llegar”.

“¿Pero ha cambiado la moralidad de las empresas y los negocios financieros para que la situación no vuelva a repetirse?”, preguntó otro asistente. “Los bancos siempre son malos”, contestó, y “hacer dinero del dinero es lo más malo que se puede hacer”.

Así destacó que lleva el mundo más de 500 años, “desde que España trajo el oro de Sudamérica y trastocó Europa”. “En economía, la mejor forma de arreglar las cosas sería volver al trueque, a la microeconomía”, ironizó. “Sus trastornos son siempre monetarios y deben regularse los mercados financieros”.

“Hoy el dinero ni siquiera está basado en el oro, para nada tiene cimientos sólidos, se crea porque sí, es un papel nada más, y lo que da lugar a muchas sospechas es que los banqueros siempre ganan mucho dinero”, prosiguió. “En el capitalismo los especuladores siempre están ahí y los reguladores siempre llegan tarde”. Aunque en Asia se tomaron medidas antes que en Occidente, de ahí que no acusaran de manera semejante la crisis de 2008.

En cualquier caso, para cerrar dejó una última sentencia a medio camino entre la ironía y lo complicado que resulta leer el convulso escenario del nuevo siglo: “Los economistas no saben predecir, así que lo que yo he dicho tampoco vale de gran cosa”, concluyó.