La Asociación Autismo de Segovia, a través de una iniciativa social financiada por Bankia, trabaja en un proyecto denominado ‘Actividad física y autismo: Salud e inserción social’, que pretende la inclusión de menores con trastorno de espectro autista (TEA) en prácticas deportivas conjuntas con niños normalizados.

Luis José Gómez Barrio, graduado en ciencias de la actividad física y el deporte, coordina un equipo de trabajo que, de manera individualizada, prepara a los chavales con autismo para su inclusión. En las sesiones, de una hora, se trabajan las habilidades motrices con trabajo específico porque “las personas con autismo tienen un desarrollo motor más torpe y al potenciar el desarrollo motor que deberían tener en relación a su edad biológica nos permite que puedan interactuar de una manera más óptima”. “El punto de diferencia que tiene cada uno de los alumnos es lo que enriquece este programa. Lo que aprendes con uno lo puedes implementar con otro”, afirma Gómez Barrio.

Según detalla su creador, lo que hace especial al proyecto “en Segovia y Castilla y León es el punto de inclusión”. “En muchas provincias tienen deporte adaptado y personas con diferente discapacidad pueden realizar práctica deportiva, pero es puramente excluyente porque únicamente participan personas con discapacidad”, asegura.

Gómez Barrio trabaja con su equipo en dos líneas más de actuación además de la puramente motriz: la organización de eventos inclusivos conjuntamente con clubes deportivos de Segovia y la participación como espectador en las clases de educación física en los centros escolares normalizados donde acude cada uno de los diez alumnos que participan con él. En estas visitas, opta por esconderse de sus propios alumnos para no confundirlos y verles participar con naturalidad. La coordinación con el profesor del colegio es tal que si éste trabaja, por ejemplo, el lanzamiento con el alumno, Gómez Barrio también lo hace en su hora semanal con él.

El trabajo de Gómez Barrio se inició a principio de curso escolar y hasta el momento ha organizado un evento relacionado con el pádel y prepara otros dos para las próximas semanas. Además, junto a otro de sus alumnos ha participado en una carrera popular con lo cual ha logrado su primer objetivo claro de inclusión. En este sentido “cada progreso es increíble, es una victoria. Hay veces que me pongo a trabajar con ellos el salto y cuando llegan al día siguiente saltando me cambian el plan solo porque quiere saltar. Hay que saber encauzar los progresos”, afirma.

La inclusión total

Gómez Barrio no considera una utopía una inclusión total: “Cuando hablamos de deporte todo es posible. El deporte lleva implícitos valores sociales que nos conducen a interactuar con los demás”. Es fundamental “hacer sensibilización con la gente”, afirma. “No se trata de llevar a los niños al parque y que jueguen, van a un evento deportivo y ven el ambiente y sobre todo la gente normalizada ve que hay personas con autismo allí y que quieren participar”. Ese es el camino.

Para que el trabajo con los chavales sea el ideal, conviene que los padres se impliquen: “Hay padres que me mandan videos sobre lo que hace su hijo, cosas que no había hecho nunca. Intento decirles que no es solo cosa mía pero lo cierto es que se agradece. También hay otros padres que no están interesados pero la mayoría me solicitan más horas”.

Texto y fotos: Agencia Ical