curioso color de este castillo de Segovia
Img/Malopez21-Wikipedia

El curioso color de este castillo de Segovia se debe a la tonalidad de la piedra de la zona con la que está construida la fortaleza medieval.

Como describe Turismo de Castilla y León, la fortaleza localizada en la localidad segoviana de Turégano, es un «castillo medieval levantado en el lugar donde existió una fortificación de origen árabe».

Añade que «ésta se asentó sobre un castro celtibérico, aún quedan restos de las murallas».

A mayores en su interior «alberga la iglesia románica de San Miguel Arcángel. Al templo se añadieron elementos militares entre los siglos XV y SVI «conformando esta iglesia-castillo; obra de Juan Guas y Gil de Hontañón».

Monumento Nacional desde 1931

El castillo de Turégano es Monumento Nacional desde 1931​ y está declarado bien de interés cultural.

Se trata de una fortaleza muy bien conservada que, en su momento, sirvió como cárcel.

incluido en la Ruta de los Castillos de Castilla y León, su conservación e historia le hacen ser de los más interesantes de España. En la actualidad, acoge, además, eventos culturales como conciertos.

Entre sus paredes, cuenta Segovia un buen plan, «se han hospedado personajes tan ilustres como Fernando de Aragón, Fernando el Católico, quien permaneció aquí unos días, en 1474, antes de llegar a Segovia para encontrarse con su esposa, Isabel la Católica».

Actualmente, es imagen identificativa de la localidad segoviana de Turégano.

Turégano

Según explica el Ayuntamiento de Turégano en su web, los orígenes de este pueblo segoviano «están en relación con el yacimiento hallado en el Prado del Burgo, junto a las instalaciones deportivas, que se remontan al Bajo Imperio Romano y que podrían anunciar la existencia de una villa. Con la conquista de Sepúlveda por Fernán González en el año 940, se presupone también la reconquista y repoblación de Turégano, pero es el 1123 cuando encontramos la primera mención documental a la villa en el documento de donación por parte de la reina doña Urraca de Castilla, confirmada cuatro años después por su hijo Alfonso VII, a Pedro de Agén, primer obispo de Segovia».
Tras diferentes avatares históricos, en el siglo XVIII la villa resurge económica y demográficamente. «Son muchas las obras que se ejecutan en este siglo, tanto en los templos como en el trazado urbano, con casas con dinteles fechados en estos años. En 1740 se redacta el Auto del Buen Gobierno en el que se actualizan las antiguas Ordenanzas del siglo XVI en las que se regulaban muchos aspectos de la villa, desde la limpieza de las calles a las normas que regían el comercio y el aprovechamiento de montes y pastos», relata.
Posteriormente, ya en el siglo XX, en 1972 se agruparon los términos de Turégano y La Cuesta, «creándose un mosaico de paisajes, de historia y de monumentos que lo convierten en un enclave privilegiado», concluye.