Proyecto presentado por Gonzalo Borondo Img/captura del vídeo promocional

El 20 de septiembre de 2023, el Patronato de la Fundación Junta Constructora del Temple Expiatori de la Sagrada Familia decidió convocar un concurso cerrado de artistas para la realización del Cordero (Agnus Dei), un elemento que se ubicará en el interior de la cruz de la Torre de Jesucristo, que coronará el colosal templo barcelonés imaginado por Gaudí en 1883. En los ‘Albums del Temple’, editados por la asociación promotora de la iglesia y publicados en vida del arquitecto, Gaudí ya citaba esa figura como un elemento capital para ese templo del futuro que lleva 143 años en construcción.

Cinco fueron los creadores de todo el mundo invitados a participar en la propuesta, presentando sus proyectos para tan emblemática pieza: los italianos Edoardo Tresoldi y Andrea Mastrovito, el portugués David Oliveira y los españoles Jordi Alcaraz (de Calella, Barcelona) y Gonzalo Borondo (nacido en Valladolid y afincado en Segovia).

El artista Gonzalo Borondo ante un boceto de su propuesta para diseñar el Agnus Dei que coronará la Torre de Jesucristo de la Sagrada Familia Img/ICAL

Gonzalo Borondo, uno de los cinco artistas de todo el mundo seleccionados para proponer su Cordero para la Sagrada Familia

El castellano y leonés, Premio Ical al Compromiso Humano por la provincia de Segovia en 2024, aún recuerda la incredulidad que le asaltó al recibir la invitación para sumar su mirada a un patrimonio cultural, artístico y arquitectónico tan importante”. “Estás comiendo tranquilamente en tu casa y de repente te llaman para pedirte que visualices al cordero que representa a Dios, coronando Barcelona. Aquello me generó una adrenalina y una ilusión muy grande, gasolina de la buena para la creatividad”, explica ahora.

De inmediato, se volcó junto a su equipo durante seis “intensos” meses para desarrollar un proyecto a la altura de tan colosal obra arquitectónica, y planteó en su trabajo una reinterpretación del legado de la Sagrada Familia, incorporando capas simbólicas y materiales en sintonía con la obra de Gaudí. “Si ganaba, mi obra formaría parte de un conjunto de un valor artístico enorme, pasando a ser parte en cierto modo de la eternidad”, comenta.

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Afincado en Segovia, que es como él mismo apunta “tierra de corderos”, decidió adoptar una cordera como si fuera un cachorro, que acompañó a su familia durante ese periodo. “Eso me permitió comprender no solo anatómicamente y formalmente al cordero, que no es un animal sencillo, sino también simbólicamente, y por qué ese animal ha simbolizado a Cristo. Para mí era importante vivir plenamente ese proceso de comprensión de lo que tenía que representar”, reflexiona.

Gonzalo Borondo preparando su propuesta para el Agnus Dei de la Sagrada Familia, junto a la cordera que convivió con su familia durante la preparación de la obra Img/ICAL

En su propuesta, que apostaba por la continuidad con el ingente legado de Gaudí y su inagotable exploración en torno a la combinación de materiales nobles y reciclados, aparece en el centro el Cordero resucitado y triunfante, que evoca la Santísima Trinidad y establece un diálogo con la numerología del templo: los tres elementos trinitarios, los cuatro pares de alas de los evangelistas y el número siete, presente en la gota de sangre y su estrella de siete puntas. Por su parte, el vidrio de la gota de sangre remite a la técnica del mosaico del trencadís, mientras que las capas translúcidas crean un volumen etéreo en las nubes circundantes. Para Borondo, la gama cromática acentúa el simbolismo: el rojo representa al Hijo, el amarillo al Padre y el anaranjado su fusión en el Espíritu Santo.

La combinación que planteaba hubiera convertido la torre en un faro de luz visible desde toda la ciudad, reforzando la imagen del Cordero como símbolo de mansedumbre y sacrificio. En su proyecto, la interacción entre luz y materiales buscaba generar una atmósfera de contemplación y trascendencia, ofreciendo una visión renovada de la espiritualidad en el arte contemporáneo.

Proyecto presentado por Gonzalo Borondo Img/captura del vídeo promocional

Un sueño truncado

Ahora, 19 meses después del inicio de todo el proceso, el Patronato ha anunciado oficialmente el proyecto ganador del concurso, que ha resultado ser el del italiano afincado en Nueva York Andrea Mastrovito. Ha sido elegido “por la elegancia de la luz dorada y la transparencia luminosa de la figura del Cordero”, según apuntan desde la institución. Suyo será el Cordero de Dios (Agnus Dei) que estará en el centro de la cruz de cuatro brazos de 17 metros de altura y 13,5 metros de ancho que coronará la torre, y que será visible a través de las ventanas del brazo superior.

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Con un regusto algo amargo tras la decisión final, Borondo prefiere quedarse con todo lo positivo que ha extraído de una experiencia única: “He pasado unos meses muy bellos con mi cordera, concentrado y aprendiendo mucho de los materiales. Además, detrás del proyecto ha habido un equipo muy bonito de gente que, principalmente desde Segovia y también desde Madrid, ha creído que íbamos a dejar nuestra huella en el vértice de ese edificio, colaborando de manera prácticamente altruista en todo el desarrollo ingenierístico, digital, virtual, físico y en la presentación de la propuesta. Ha sido un proceso muy bello, de comunidad, de conexión con otras personas y otras artes, otros gremios y oficios, en la esperanza de que pudiéramos marcar un espacio eterno”, concluye.

Exposición en Barcelona para contemplar las propuestas

Los proyectos planteados por los cinco aspirantes se pueden contemplar ahora en una exposición que acaba de abrir sus puertas en el Museo Diocesano de Barcelona, la Casa de la Almoina. Permanecerá abierta al público hasta el 9 de junio. Las maquetas de cada una de las propuestas, acompañadas de elementos adicionales como dibujos y los materiales utilizados, configuran cada uno de los cinco paneles expositivos, junto con un panel inicial donde se explica la naturaleza del encargo.