El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León recuerda la importancia de revisar la vista para afrontar el curso con garantías y con las correcciones adecuadas para los defectos refractivos existentes, sobre todo la miopía, que afecta ya al 10 por ciento de los menores de 12 años y hasta al 62,5 por ciento de los universitarios.
Alrededor de 330.000 estudiantes de enseñanzas no universitarias y más de 70.000 alumnos matriculados en las universidades de Castilla y León volverán a las aulas a partir de la próxima semana, y “en muchos casos no lo harán en las mejores condiciones si hablamos de su salud visual”, explica en un comunicado recogido por Ical.
“Es muy importante realizar una revisión visual durante los primeros meses del curso escolar, así estaremos seguros de que no existe ningún problema al comienzo de las clases que pueda interferir en el aprendizaje de los alumnos”, asegura al respecto Ana Belén Cisneros, vicedecana del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL).
En tal sentido, señala que, según el Libro Blanco de la Visión en España 2023, el 5,9 por ciento de los menores de 6 a 12 años ya es miope, por lo que muchos de ellos podrían superar la barrera de las 6 dioptrías y convertir a su ojo en patológico.
También, reseña el informe del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) en el que se calcula que ya en la etapa preescolar entre el 5 y el 10 por ciento de los menores presenta alteraciones visuales como miopía, hipermetropía o estrabismo y, además, al menos el 10 por ciento de los niños padece ambliopía, el conocido como “ojo vago”; sin embargo, más de la mitad de los padres lo desconoce y no busca tratamiento.
De hecho, como se recuerda también en el Libro Blanco, el 59% de las familias no revisa a sus hijos porque no han manifestado quejas, y sin bien dos de cada tres adolescentes han ido al dentista este año, solo uno de cada tres se ha sometido a una revisión visual. Con todo, se calcula que uno de cada tres menores (31%) podría tener un problema de visión no corregido, y esta situación entraña graves riesgos a medio y largo plazo.
Por ejemplo, se sabe que el 40 por ciento de las personas con más de 8 dioptrías corre el riesgo de perder su visión debido a enfermedades de la retina, que el 20 por ciento de los casos de cataratas en pacientes más jóvenes sucede entre aquellos que tienen una alta miopía o que el 60-70 por ciento de los casos de desprendimiento de retina ocurre entre altos miopes con 40-60 años.
Del mismo modo, uno de cada tres casos de niños con bajo rendimiento escolar está relacionado de manera directa con problemas de la vista que no han sido identificados a tiempo.
Por todo ello, es fundamental prestar atención “a ciertas señales de alarma que debemos tener presentes y que nos avisan de que el sistema visual no está trabajando correctamente”, como explica Ana Belén Cisneros. Entre ellas, confundir letras al leer, seguir la lectura con el dedo, enrojecimiento ocular, frotarse y giñar los ojos, dolores de cabeza o tener baja comprensión de la lectura de acuerdo con la edad.
Entre los consejos, pide limitar el número de horas que los niños y adolescentes pasan frente a las pantallas y mantener una postura correcta al sentarnos, a una distancia adecuada ante libros y pantallas y con una buena iluminación, lo que puede evitar que el sistema visual se sobreesfuerce y se desarrolle fatiga visual”.