El cochinillo de Segovia viaja a Almería de la mano de Restaurante José María y el Círculo Mercantil de Almería, el próximo jueves, 21 de noviembre.
Como recoge La Voz de Almería, la entidad almeriense ha organizado una jornada dedicada al cochinillo de Segovia.
En ella, José María, «reconocido por su maestría en la preparación del cochinillo asado», apunta, será el encargado de recrear, paso a paso, la famosa receta segoviana que ha conquistado a miles de comensales en su restaurante.
De esta manera, el cochinillo de Segovia se convertirá en el plato estrella. «Una auténtica obra maestra de la cocina castellana, famosa por la suavidad y jugosidad de su carne», detalla La Voz de Almería. Destaca, además, en este artículo, que el cochinillo de Segovia «se deshace con el simple toque del tenedor», un manjar, además, !acompañado de una piel crujiente y dorada».
Además, del plato estrella de la jornada, el cochinillo de Segovia, los comensales podrán probar otras delicias de la gastronomía segoviana.
Cochinillo de Segovia
La receta es «sencilla, pero exige dedicación y sensibilidad desde el sacrificio hasta su presentación en la mesa», subrayan desde Restaurante José María.
¿Cómo asar el cochinillo de Segovia en su punto?
Estando a una temperatura aproximada de 200 grados, introducimos el cochinillo tal cual.
Pasadas unas dos horas, lo sacamos, añadimos agua a la cazuela (que se habrá evaporado) y si ha cogido color lo damos la vuelta.
Ya con el lomo hacia arriba, se picotea la piel cuidadosamente, le damos una pincelada con aceite de oliva virgen, por todo el lomo y de nuevo lo metemos al horno una hora más aproximadamente.
En la última media hora, estaremos pendientes por si fuera necesario proteger alguna parte por exceso de calor: orejas, patas…
Cuando consideremos que está la piel dorada y crujiente puede estar asado y a punto, entonces lo sacamos definitivamente del horno y lo presentamos en la mesa.
El ritual del cochinillo de Segovia
Por tradición histórica el cochinillo se presenta en la mesa entero, tal cual sale del horno.
Se parte o trincha con un plato en presencia de los comensales.
Es un ritual para mostrar el punto justo de cochura y de su ternura.
Su jugo se desgrasa y se rectifica de sal, después se levanta y se sirve aparte en puchero de barro, bien caliente.