El Carracillo da un nuevo paso decisivo en la modernización de su regadío con la obra de recarga del acuífero en la zona norte, una actuación estratégica impulsada por la Junta de Castilla y León con una inversión de 18,3 millones de euros que permitirá garantizar el riego en unas 3.000 hectáreas de cultivo, de las que se regarán cada campaña cerca de 1.500. La intervención, llamada a transformar la gestión hídrica de la comarca, concluirá a finales de 2026.
Los trabajos, iniciados en mayo de 2024, permitirán almacenar en invierno los recursos superficiales del río Cega y utilizarlos en verano a través de un sistema moderno, eficiente y con un notable ahorro energético para los agricultores. Esta fase, según destacó la consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, constituye un impulso clave para consolidar un modelo agrario competitivo y tecnificado en una de las zonas hortícolas más importantes de Castilla y León.
Una actuación integral sobre el acuífero
Las obras se concentran en la denominada zona almacén de Gomezserracín, con unas 1.500 hectáreas de pinares. El proyecto incorpora agua superficial invernal al acuífero, la extrae de forma controlada mediante 82 sondeos y la conduce hasta una gran balsa de regulación con más de 168.000 metros cúbicos de capacidad. Desde allí, se impulsará más adelante hacia el sistema de riego previsto en la siguiente fase.
La intervención incluye nuevas redes de distribución, acondicionamiento de cauces, dos lagunas de infiltración, caminos de acceso, instalaciones eléctricas renovadas y una red de fibra óptica que conectará todas las infraestructuras con un centro de control.
La siguiente fase: riego a la demanda
Tras la recarga y regulación del acuífero, la Junta abordará la construcción de la red presurizada que llevará el agua directamente a las parcelas bajo un sistema de riego a la demanda. Esta fase permitirá modernizar 3.024 hectáreas, para lo cual ya está en marcha la concentración parcelaria.
La huerta que sostiene población
El Carracillo es hoy un referente de desarrollo rural vinculado al regadío y a la agroindustria. Cultivos como la zanahoria, el puerro, la patata, la remolacha de mesa o la fresa han convertido esta comarca en un motor económico capaz de mantener empleo y población. La densidad supera los 18 habitantes por kilómetro cuadrado, el doble que la media rural de la Comunidad.
La zona regable abarca municipios como Arroyo de Cuéllar, Campo de Cuéllar, Chañe, Fresneda de Cuéllar, Gomezserracín, Remondo, Sanchonuño o Samboal (Narros de Cuéllar), con más de 7.500 hectáreas acogidas a la Comunidad de Regantes, de las que se riegan cada año unas 3.000.













