El Camino del Sol de un segoviano, Víctor Torres, deja impresionantes imágenes de un viaje inolvidable a través de Ruta Inti, heredera de la Ruta Quetzal.
Víctor ha querido compartir con Segoviaudaz.es esta experiencia en primera persona.
«Cuando pude pisar las rocosas pirámides de Calakmul, acompañado por más de cien personas y lleno de energía pese a haber dormido menos de cuatro horas, comprendí que aquel viaje quedaría impreso en mi corazón, y cada vez que lo evoco me encuentro con nuevos recuerdos y una inmensa gratitud en mi interior.
El verano pasado, un año después, pude volver a experimentar la Ruta, esta vez con un escenario bien distinto: desde el desierto y el Atlas hasta el Teide y las Islas Canarias.
Encarnar una vez más la libertad que se siente en este viaje, en el que entregas tu intimidad a desconocidos que acaban por convertirse en íntimos amigos, me dio un rumbo en una época de tormentas.
Tras haberla vivido dos veces, me encanta ver cómo Ruta Inti sigue latiendo a través de la implicación de todo el equipo que se encarga de organizarla, y que cada vez más gente ha pasado por la fantástica vivencia de caminar bajo el Sol acompañado por la expedición.
Esta Ruta tiene sus bases en la antigua Ruta Quetzal, fundada por Miguel de la Quadra Salcedo, y comparte muchos de sus valores —entre ellos la implicación con y el cuidado de la naturaleza, el respeto por la interculturalidad y por las diferentes realidades de la Tierra, la educación y formación como combustibles para la vida y la aventura, que está presente en cada uno de los procesos allí vividos—, con la principal diferencia de estar orientada a jóvenes de 18 a 25 años.
Y este año volveré a recorrer el mundo de la mano de Ruta Inti entre julio y agosto, ahora a Perú, para conocer la riqueza de un país que es más del doble de España y contiene selva, montaña, desierto, playa y los resquicios de la poderosa cultura inca, aún grabados en piedra.
Sé que nos perderemos por la selva amazónica, entregándonos al presente como en el día a día tan poco solemos hacer y me muero de ganas de vivirlo, aunque tampoco esté exento de miedos, incertidumbre y una cierta ansiedad relativa a conocer tanto y a la vez tan poco de lo que voy a realizar durante un mes.
Pero creo que una parte magnífica de Ruta tiene que ver con aprender a convivir con lo inesperado, abrazándolo incluso con más fuerza que lo conocido y con poder sentir el miedo como un compañero de viaje más, y sé que habría una parte de mí que quedaría mucho más tranquilo si tuviese el apoyo de un patrocinador para costearme el viaje.
Estoy abierto a colaborar con cualquier empresa que se sienta en consonancia con los valores de la Ruta Inti o con cualquiera de los que encarnaba la Ruta Quetzal y estaré muy agradecido y totalmente abierto a contar en vivo detalle todo lo que este viaje significa y pone en práctica.
Como cierre, espero que este artículo contribuya a que el mágico proyecto de Ruta Inti se conozca un poco más y que haya más jóvenes —idealmente segovianos— que puedan sentir lo que es recorrer los caminos del Sol».