El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Segovia defendió las actuaciones realizadas, desde mayo de 2018, en el expediente urbanístico del edificio del Palacio de Floresta, dedicado a la hostelería, tras las fuertes críticas recibidas desde el Partido Popular que acusó a la Concejalía de Urbanismo de ser los responsables de los once despidos de los trabajadores del establecimiento por falta de agilidad en la tramitación, y de tardar 22 meses en conceder una licencia urbanística.
A través de una nota de prensa, el equipo de Gobierno expresó que “frente a quienes no parecen no darle importancia y ser capaces de pasarlo por alto”, tienen “como principio el cumplimiento de la legalidad, máxima que rige y debe regir la actividad municipal”. Además de confiar en que los promotores presenten cuanto antes la documentación requerida y “se pueda poner punto y final a la tramitación de un expediente complejo”, en el que confluyeron “los intereses de los promotores con la conservación de un edificio catalogado con protección por su valor patrimonial”.
La Concejalía de Ayuntamiento de Segovia inició el expediente del Palacio de la Floresta en mayo de 2018, destacando que “lleva aparejados varios trámites administrativos”, siendo uno de ellos, “la denominada Declaración responsable para la realización de catas y actuaciones previas a la rehabilitación del inmueble”, que se resolvió en septiembre de ese mismo año.
El segundo trámite es la Declaración responsable para la ejecución de obra de reparación de cubierta y la limpieza de la fachada, que estuvo concluido en julio de 2018. El tercero, argumentaron desde Alcaldía, es la Licencia ambiental para hotel con cafetería-restaurante y licencia urbanística para la rehabilitación del edificio, que se inició en octubre de 2018 y concluyó en febrero de 2020.
Esta última licencia requirió 26 trámites e incluye siete informes y requerimientos del Ayuntamiento a los promotores, en distintos momentos, para que aportaran la documentación que es necesaria en función del periodo de tramitación en el que se encuentre. Además tener que informar hasta en cinco ocasiones al servicio territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, debido a las modificaciones sustanciales del proyecto hasta la inscripción del cambio de titularidad en el registro de Turismo y censo de promoción turística de la actividad turística de Castilla y León en enero.
“En todo momento, el Ayuntamiento ha notificado al promotor la documentación necesaria para poder implantar la actividad solicitada y se le ha informado de los trabajos del procedimiento”, destacaron, y, en cuanto se comprobó la ejecución de unas obras y el desarrollo de una actividad que tenía pendientes de obtener la Licencia de primera ocupación y la posterior Declaración responsable de inicio de puesta en marcha de la actividad, se ordenó “el cese de la misma”.
El Ayuntamiento de Segovia insistió en que la tramitación continúa y en el momento en el que los promotores cumplan con los requisitos legalmente establecidos podrán poner en marcha este negocio e iniciar su actividad económica.
Un comunicado desde del Alcaldía de Segovia para responder a las acusaciones del Grupo Municipal Popular que lamentó que Segovia sea la capital de España donde más se tarde en conceder una licencia urbanística que, en el caso de los promotores del actual proyecto en La Floresta, fue de 22 meses. El portavoz popular, Pablo Pérez, subrayó que el equipo de Gobierno de Luquero se “toma a chufla” el Urbanismo y su falta de agilidad provocó el cierre del establecimiento y el despido de once trabajadores.
El Palacio de La Floresta, situado en el centro histórico de Segovia, fue propiedad de la familia de Dioniosio Duque para acoger eventos y celebraciones. Tras su cierre, se barajó la opción de ser adquirido por la Diputación de Segovia, que fue finalmente descartada. Su propietario, Julián Duque, lo vendió al mismo grupo inversor que tienen la residencia de estudiantes ‘The Factory’, que puso en marcha un nuevo proyecto empresarial, ahora cerrado por decisión de la Concejalía de Urbanismo.