El Archivo Histórico de Segovia, dependiente de la Junta de Castilla y León, expone hasta el 11 de marzo un documento que declara los reinos en los que Juana I de Castilla y Carlos I de España y V de Alemania ejercían su poder. Las reales provisiones se caracterizan por llevar el ‘sello de placa’, un tipo de distintivo que nace en la época de los Trastámaras y que se extiende hasta el reinado de Alfonso XIII. Este singular documento del año 1549 es forma parte del programa divulgativo de exposiciones ‘Tesoro oculto’.

Esta Real Provisión forma parte de uno de los grupos documentales más uniformes y mejor conservados de la Cancillería Real de Castilla y era empleado por los cancilleres y escribanos reales para redactar mandatos y privilegios desde la Edad Media hasta el siglo XIX, pasando de los reyes de Castilla y León a reyes españoles como documento solemne, en el que dejar constancia de los asuntos más importantes que afectaban a la Monarquía.

Esta Real Provisión de 1549 ofrece datos relevantes para entender cómo funcionaba la administración del siglo XVI, al gobernar territorios inmensamente vastos en media Europa y casi todo lo descubierto en América. Este documento es una declaración de los reinos donde Juana la Loca y Carlos V ejercían su poder.

Don Carlos y Doña Juana eran reyes de Castilla, Aragón, las Dos Sicilias, Italia, Navarra, Granada, Toledo, Valencia, Galicia, Mallorca, Sevilla, Cerdeña, Córdoba, Córcega, de Murcia, de Jaén, los Algarbes, Algeciras, Gibraltar, las Islas de Canarias, las Indias e Islas y Tierra Firme de la mar Océana, además de Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y de Molina y Condes de Flandes y del Tirol.

También destaca por “su solemnidad” gracias al sello que llevaba, el ‘de placa’, un tipo de sello de cera soportada con papel que tiene su origen en la época de los Trastámara y que se mantuvo hasta el reinado de Alfonso XIII en el siglo XX. Durante tres siglos, todos los documentos con el sello real eran asentados en el llamado ‘registro General del Sello de Corte’, donde se resumía cada uno de ellos para que quedara constancia de lo que el rey había privilegiado, por si los interesados extraviaban sus documentos.

Relación con Segovia

Esta Real Provisión permitía a Doña Isabel de Quintanilla, viuda del Licenciado Coalla, miembro del Consejo de Castilla, vender la jurisdicción del cobro de alcazabas de Segovia, que tenía en matrimonio en mayorazgo, y comprar el equivalente en Madrid. La cesión del cobro de alcazabas convirtió a Doña Isabel en recaudadora del impuesto más importante que la Corona recibía de Segovia, porque el rey le había concedido el privilegio de recogerlo para su propia hacienda.

Los ingresos que recibía Isabel de Quintanilla eran muy importantes y, como no quería compartirlos con los intermediarios que por la distancia estaban encargados de sus negocios, Carlos I, le permitió cambiar el cobro de Segovia a Madrid, donde ella residía para que pudiera negociar directamente.

Los visitantes que quieran compartir estas curiosidades pueden ver el ‘Tesoro oculto’ en el Archivo Histórico Provincial, hasta el 11 de marzo, de lunes a viernes, de 9.00 a 14.00 horas, y los lunes y martes, también de 16.30 a 19.00 horas.