El pasado 16 de abril fue inaugurada la plaza de la Reina Victoria Eugenia, una vez concluida la remodelación promovida por el Patronato del Alcázar, tras veintisiete meses de obras y una inversión superior a los 2,5 millones de euros.

El Patronato del Alcázar se honra de que el resultado de la inversión más importante de cuantas ha llevado a cabo en sus siete décadas de vida sea un espacio concebido como lugar de encuentro entre segovianos y visitantes, dedicado al uso público, con vocación de convertirse en uno de los espacios favoritos de la ciudadanía. La plaza constituye un espacio de singular valor, no solo por el entorno natural que la rodea, sino también por los monumentos que en ella se ubican, tanto visibles – el Alcázar, la Casa de la Química, la verja de Fernando VII y el monumento a los Héroes del Dos de Mayo -, como ocultos a los ojos del visitante – la red de distribución del acueducto, las cimentaciones asociadas a la antigua catedral y al palacio episcopal, etc.-.

El Patronato del Alcázar, en atención a la adecuada conservación de la plaza y del conjunto patrimonial que alberga, uno de los más valiosos de la ciudad, regulará el uso público de este espacio, mediante la toma de una serie de medidas que afectarán, además de a los horarios de acceso al recinto, al uso de bicicletas, patinetes y otros vehículos de movilidad personal, así como al paseo de mascotas y al vuelo de drones, entre otras. Las medidas concretas, que serán comunicadas por el Patronato una vez estén completamente definidas, redundarán en una convivencia tranquila y segura en el interior de una plaza habitualmente muy concurrida, sobre todo en momentos de alta afluencia turística.

Este tipo de regulaciones de uso de espacios públicos monumentales y turísticos, tan necesarias para la preservación del patrimonio ante conductas incívicas, son habituales en otras ciudades. Ya existen precedentes en Segovia, como la ordenanza reguladora del entorno del acueducto.