Las rupturas matrimoniales en la Comunidad se redujeron el pasado año un 12,8 por ciento, al pasar de las 4.166 de 2019 a las 3.631 de 2020, descenso inferior al registrado en el conjunto de España, que alcanzó el 16,1 por ciento, hasta las 80.015, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) recogido por Ical.
La Comunidad repitió en 2020 como una de las autonomías con la tasa de demandas de disolución matrimonial por cada mil habitantes más baja de España, con 1,5, sólo superada por Aragón (1,3), y al mismo nivel que Extremadura, Madrid y Galicia. La media nacional se situó en 1,7 y Valencia y Baleares presentaron los niveles más altos con 1,9.
En concreto, en Castilla y León se contabilizaron 3.479 divorcios, frente a los 4.011 del ejercicio 2019 (-13,3 por ciento), mientras que las separaciones ascendieron a 152 frente a las 149 de 2019.
Por provincias, la mayor caída se registró en Ávila, con un 32,2 por ciento (154), por delante de Segovia, con un descenso del 20,9 por ciento (201) y Valladolid, con el 14,5 por ciento (1.029). En el extremo opuesto se situó Salamanca, donde el descenso fue del 1,3 por ciento (473); Burgos, con una caída del 7 por ciento (437), y Soria, con un 7,4 por ciento (88). En León se contabilizaron 798 rupturas (-13,5 por ciento); en Palencia, 242 (-11,4 por ciento) y en Zamora 210 (-13,6 por ciento).
El mayor número de divorcios tuvo lugar en matrimonios con más de 20 años de duración, ya que representaron el 35,1 por ciento (1.222), por delante de las parejas de entre cinco y nueve años, con un 18,1 por ciento (633) y de las entre diez y catorce, con el 17,5 por ciento (609).