Agentes medioambientales de la Junta interceptaron a un cazador denunciado en un coto de Navares de Ayuso. En el vehículo también decomisaron una carabina del calibre 22 americano cuyo uso cinegético está prohibido.
Coincidiendo con la temporada hábil de caza del corzo a rececho, los agentes y celadores medioambientales intensifican los controles de seguimiento del correcto ejercicio de esta actividad para asegurar que se lleve a cabo de acuerdo con la normativa que la regula, puesto que la caza del corzo es una de las modalidades con mayor valor cinegético de la provincia de Segovia.
En el marco de estas labores de vigilancia, el pasado 1 de mayo, los agentes medioambientales sorprendieron a un cazador con el rifle cargado dentro del vehículo. El hecho, ocurrido en uno de los caminos del coto de caza de Navares de Ayuso, infringe el Reglamento de Armas y la Ley de Caza de Castilla y León, además de ser una irresponsabilidad hacia la seguridad de las personas.
El cazador interceptado, que iba en el asiento del copiloto, acompañado por otra persona que conducía el vehículo, transportaba el arma de fuego lista para su uso en el asiento delantero junto a él. Además, al registrar el interior del vehículo, los agentes descubrieron otra arma, cuyo uso para la caza está prohibido: una carabina del calibre 22 americano, arma muy utilizada para el furtivismo debido a su escasa sonoridad en la detonación.
Esta infracción es una de las más habituales en la modalidad de caza del corzo a rececho ya que existe cierta tendencia a abatir la pieza desde el vehículo, algo prohibido por la legislación. Junto a esta infracción también son muy comunes: no colocar los correspondientes precintos a corzos abatidos legalmente o colocarlos de modo incorrecto, sin ajustar a la cuerna del animal, a veces con objeto de permitir su liberación y reutilización, así como cazar sin disponer de precintos o con precintos de otras temporadas.