La avería simultánea de las dos calderas de vapor del Hospital de Segovia, la principal y la de reserva, el pasado mes de junio ha obligado a externalizar el servicio de lavandería, al menos hasta septiembre. Desde entonces, la calidad de la limpieza y el estado de la ropa hospitalaria han sufrido un “deterioro importante”, según denuncia la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).
El sindicato asegura que se están produciendo incidentes “prácticamente diarios” que afectan a la calidad del servicio y a las rutinas del hospital. Entre las deficiencias detectadas figuran prendas con suciedad, roturas, desgaste, quemaduras, humedad, amarilleamiento, encogimientos, deformaciones e incluso la presencia de insectos. En una sola jornada, afirma CSIF, se devolvieron alrededor de 100 camisones sucios, y la ropa rechazada diariamente por estos problemas oscila entre 15 y 50 kilos.
La organización advierte de que estos fallos incumplen los mínimos higiénico-sanitarios y pueden suponer un riesgo para pacientes y trabajadores. Además, asegura que el tratamiento externo de la ropa ha provocado irritaciones oculares y cutáneas en parte del personal, lo que podría implicar riesgos para la salud laboral y para los pacientes más vulnerables.
Según CSIF, estas incidencias eran mucho menos frecuentes —o inexistentes— cuando la lavandería funcionaba íntegramente en el hospital, gestionada por personal con años de experiencia y estándares de calidad superiores.
El sindicato también cuestiona el supuesto ahorro económico de la externalización, al asegurar que ha generado “costes ocultos significativos”: aumento del 50 % en la carga de trabajo del departamento de costura, contratación de personal extra, reposición de un número inusual de uniformes por daños irreparables y repetición de lavados.
CSIF pide a la dirección del hospital, a la Gerencia Regional de Salud y al consejero de Sanidad que inviertan en la reparación o sustitución de las calderas para garantizar que la lavandería vuelva a funcionar en condiciones óptimas. Asimismo, rechaza que la actual avería se utilice como argumento para una externalización definitiva del servicio, como ya ha ocurrido en otros centros, “donde la percepción de trabajadores y pacientes ha sido la misma: grave deterioro de la calidad de la ropa y de las condiciones higiénico-sanitarias”.