El centro comercial abierto Decalles de Segovia mostró la indignación del comercio y la hostelería calificando de “plan diabólico” y “ultima ocurrencia municipal” la propuesta de colocar una escultura sobre la leyenda del Acueducto para desviar el flujo de turistas del eje tradicional. Según Decalles, la propuesta destapa que el verdadero plan del consistorio, desarrollado «sistemáticamente» en los últimos años, es “destruir” al comercio tradicional y “atacar” a la hostelería del centro de la ciudad.

A través de un comunicado de prensa, el centro comercial Decalles aseguró que Segovia puede que sea “la única” capital de provincia que no cuenta con un responsable municipal para el sector, lo que “dificulta tremendamente” el diálogo con el Ayuntamiento o “más bien lo imposibilita”, asegurando que podrían poner muchos ejemplos de situaciones vividas, en los últimos años, como la reforma de los horarios de carga y descarga, que fue modificada con “la excusa de favorecer el tránsito de los turistas”.

Desde Decalles también recordaron otras normativas como la retirada de cartelería de la vía pública, la regulación de las terrazas y “un largo etc”, donde “ha sido imposible sentarse a negociar” ninguna solución consensuada sino que la imposición y las sanciones fueron “la única respuesta”.

Una situación que, en su opinión, se agrava por “una errática política de obras” que padecía, en su día, la Calle Real y, ahora, “la interminable duración en la calle San Juan”, provoconado que “el número de segovianos” que se acercan al centro de la ciudad, para realizar sus compras o para acudir a la hostelería para su ocio, haya descendido de “una manera alarmante”

El centro comercial abierto Decalles denunció que se está axfiando al centro “poco a poco” y tanto las pequeñas tiendas como muchos establecimientos hosteleros tradicionales “están cerrando sus puertas”, propiciando una situación que “comienza a ser insostenible”, sumando el cierre de centros escolares y el traslado de oficinas de algunas Administraciones públicas.

Una situación, argumentaron, que mitiga “en algo” la pérdida de ingreso, es el patrimonio histórico que atrae a miles de visitantes. Las últimas declaraciones de la concejala de Turismo, Claudia de Santos, les deja claro que el siguiente paso es “para destruir total y definitivamente al sector”, al afirmar que hay que desviar el flujo de visitantes hacia otra zonas de la ciudad fuera del eje tradicional Acueducto-Calle Real-Plaza Mayor- Alcazar.

Desde Decalles explicaron que no saben si la estatua del demonio será “una buena idea” pero sí parece un “plan diábolico”, con la pérdida de numerosos puestos de trabajo y el cierre de decenas de establecimientos, que cerrará y «su obra estará completa» cuando paralice «uno de los principales motores económicos” de la ciudad “ y tengan “un entorno de cartón piedra” para pruebas deportivas y eventos culturales “exclusivos”, sin “el engorroso” inconveniente de “insolidarios hosteleros” e “incómodos comerciantes», y los ciudadanos no puedan comprar, en el centro, “ni una barra de pan» o «acceder a sus propios domicilios”.