La Junta de Castilla y León recomienda a los castellanos y leoneses extremar las precauciones para evitar entrar en contacto con las garrapatas, que se intensifican en esta época estival. Aunque la mayoría de las picaduras de garrapata es inofensiva, algunas de ellas pueden acarrear consecuencias graves para la salud.

El portal sanitario de la Junta (https://www.saludcastillayleon.es/) está disponible para la ciudadanía y para los profesionales sanitarios información, tanto sobre la prevención de picaduras de garrapatas, como de las enfermedades de las que son potenciales vectores de transmisión y, más concretamente, de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.

Un comunicado de la administración autonómica señala que las garrapatas se encuentran en el suelo, normalmente ocultas entre la hierba o los arbustos. Cada especie tiene diferentes preferencias de hábitat: unas son comunes en zonas boscosas, otras prefieren parajes abiertos, con dehesa o incluso matorrales secos y algunas se han adaptado a vivir en el interior de las madrigueras de sus hospedadores o en construcciones humanas, como en las perreras. La mayor parte de las especies de garrapatas están activas en los meses cálidos, desde la primavera hasta el otoño, ya que las temperaturas muy bajas provocan su falta de actividad y las heladas intensas reducen mucho su población.

Como actualmente no se dispone de una vacuna protectora, para evitar picaduras de garrapatas cuando se realicen salidas al campo, la Junta realiza una serie de recomendaciones. Entre ellas, destacan el uso de ropa de color oscuro que cubra tobillos y brazos, botas cerradas con calcetines que cubran la parte inferior de los pantalones, caminar si es posible por la zona central de los caminos para evitar el contacto con la vegetación circundante, evitar sentarse en el suelo en las zonas con vegetación, utilizar repelentes autorizados y, en caso de salir con mascota, es conveniente aplicarle algún antiparasitario externo autorizado.

Autoexamen “exhaustivo”

Al acabar la jornada, se recomienda realizar un autoexamen “exhaustivo” del cuerpo para localizar garrapatas fijadas para su pronta extracción, ya que la transmisión de infecciones en las primeras horas es muy baja. En caso de extraerla uno mismo, se debe realizar mediante tracción con una pinza de punta fina. Si existe dificultad o duda en la extracción de la garrapata se debe acudir al centro de salud.Asimismo, si aparece fiebre, erupciones, dolores musculares o manchas rojas en la piel los días posteriores a la extracción, se debe acudir al médico.

La nota de la Consejería de Sanidad añade que solo un pequeño porcentaje de picaduras de garrapata produce complicaciones y que no todas las garrapatas transmiten enfermedades ni pican a humanos. En España, las enfermedades infecciosas transmitidas por garrapatas más frecuentes son la fiebre botonosa o exantemática mediterránea y la enfermedad de Lyme y Debone. Además, de forma esporádica se han descrito casos de turalemia y fiebre de Crimea-Congo.

En septiembre de 2016 se diagnosticó el primer caso humano, asociado al contacto con una garrapata en la provincia de Ávila y un segundo caso en un profesional sanitario que le atendió en la Comunidad de Madrid. En estudios posteriores se ha confirmado la presencia de virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en garrapatas capturadas sobre animales silvestres en municipios de siete comarcas estudiadas de las Comunidades Autónomas de Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León y Madrid.