No dejarlo pasar y recibir una respuesta del especialista. La llegada de la primavera es sinónimo de estornudos, picor de ojos o problemas respiratorios, más o menos graves, para los pacientes diagnosticados con alergia, pero hay otros que no le dan mayor importancia. Desde el servicio de Alergología del CAUPA recomiendan la realización de pruebas tras la aparición de los primeros síntomas y no esperar a que la alergia progrese hasta cuadros más graves.

“En cualquier caso que haya unos síntomas, sean graves o leves, pero que parezcan relacionados por un desencadenante de alergias, lo lógico es que sea remetido al Servicio de Alergología para hacer el estudio correspondiente”, afirma la jefa del servicio del Complejo Asistencial de Palencia, Susana Cabrerizo.

Al principio, lo síntomas suelen ser de nariz y ojos, con estornudos, moqueo, picor de ojos, paladar u oídos, en el caso de afección a las vías respiratorias altas. Aun así, hay casos más graves, en los que se produce tos, un broncoespasmo con autoescucha de pitos en el pecho y dificultad para respirar, añade.

Recalca recomendable iniciar el estudio desde los primeros síntomas, porque “muchas veces la alergia progresa”. Aclara que, si se consigue atajarla en síntomas leves, no sería necesario esperar a que se desarrollen aspectos más graves para ir al alergólogo.

Todo ello ante un panorama actual en el que los pólenes son “más agresivos”, en mayor medida, por la contaminación, porque provoca que “se fragmenten y se hagan más pequeños”. En lugar de quedarse en vías respiratorias más exteriores, como la nariz, penetran más hacia la faringe, tráquea y bronquios, dice.

Tratamientos

La médico comenta que se espera una temporada similar al año pasado, con niveles importantes de polen, porque ha llovido en las últimas fechas y hace que las plantas polinicen más.

Detalla que los alérgicos se van haciendo, dado que para serlo hay que contactar de manera reiterada con algún elemento. No obstante, todo dependerá de la evolución meteorológica hasta el mes de junio.

“El que es alérgico al melocotón no lo detecta la primera vez que se come, sino tras sucesivas veces. Siempre se necesita un contacto previo, por lo que, a lo largo de los años, las personas van contactando con las cosas del ambiente, sean los pólenes o los ácaros, lo que implica que se sensibilicen”.

Los antihistamínicos, el colirio para los ojos y el spray para la nariz son los tratamientos sintomáticos, los cuales van dirigidos hacia esos síntomas visibles, pero que “no curan la alergia ni modifican su evolución”.

Susana Cabrerizo subraya que el único tratamiento que puede evitar que la alergia se haga más grave son las vacunas, porque hacen que “no se siga desarrollando”.

Evita que un síntoma que, en un principio, era leve pase a ser grave o que evolucione a otras sensibilizaciones. “Se puede comenzar con alergia a un tipo de polen e ir aumentando con ácaros u otros”, asevera.