Juan Celada y Teresa García son dos alumnos de Segundo Bachillerato que desde el pasado viernes han vuelto al Instituto Julián María de Valladolid para repasar, de forma presencial con los profesores, las asignaturas de las que se examinarán en la EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad),que tendrá lugar a principios de julio. Su vuelta a las aulas es muy diferente a cuando se vieron obligados de dejar de ir al centro a mediados de marzo por la pandemia del COVID-19. No en vano, al igual que los 54 estudiantes que han vuelto a las aulas en el IES Julián Marías hasta el 23 de junio, todos los días, antes de entrar en el centro, deben pasar por una zona de desinfección de calzado para posteriormente tomarse la temperatura, pulverizar su mochila, lavarse las manos con gel hidroalcohólico y llevar una mascarilla durante toda su estancia en el centro. Un panorama que puede ser muy similar al que se encuentren los alumnos en la vuelta al próximo curso en septiembre.

Las circunstancias de estos dos alumnos vallisoletanos también difieren por que Juan acude al centro para lograr la mejor nota posible del examen y así poder cursar el doble Grado de Matemáticas y Física, que requiere una calificación por encima del 13, mientras que Teresa persigue superar, simplemente, la prueba ya que desea estudiar Educación Infantil y cuenta con una nota de corte baja (6).

Ambos son dos de los 5.202 alumnos de Segundo de Bachillerato en Castilla y León que solicitaron clases de refuerzo para la EBAU, después de una tercera evaluación atípica por el estado de alarma generado por la crisis sanitaria.

La consejera de Educación, Rocío Lucas, comprobó durante su visita al centro el funcionamiento de las clases de preparación para la EBAU. Estuvo acompañada del director del instituto Vicenciano Escudero, quien afirmó que el número medio de alumnos por aula estaba entre siete y nueve para cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias de distanciamiento y seguridad, aunque en algunas clases solo había tres chicos y solo en una se alcanzaban los 14. Explicó que la organización del centro ha buscado que la materia sea repasada por el profesor que lo ha hecho a lo largo del curso.

Trabajo más autónomo

Juan hizo repaso de un curso marcado por la suspensión de las clases presenciales en marzo. «Ha sido una situación difícil, lo que ha obligado a llevar a cabo un trabajo más autónomo, sin que el profesor estuviera cerca», confesó. En todo caso, valoró la ayuda «externa», con los docentes muy pendientes de los estudiantes aunque fuera desde la distancia.

Desconoce si la EBAU de este año en Castilla y León será más sencilla aunque se mostró esperanzado en que los profesores «levanten un poco la mano» a la hora de corregir los exámenes. En este sentido, precisó que, tal vez, no tengan en cuenta algunas cuestiones que otros años restaban puntos como olvidarse de una coma. «A ver si hay un poco más flexibilidad al corregir», subrayó.

Este joven valoró el esfuerzo de todos los alumnos de Segundo Bachillerato, especialmente los que llevaban el curso «con problemas» que, al final, han logrado salir «adelante». Hasta el punto que apuntó que ha habido «bastantes buenas notas» entre el conjunto de los estudiantes que finalizaban sus estudios en el instituto. Algo que, a su juicio, ha sido posible gracias a que «todos» han puesto de su parte para sacar adelante una situación complicada por la pandemia. De los 93 alumnados matriculados en Segundo de Bachillerato en el IES Julián Marías, 85 han logrado titular en la convocatoria ordinaria.

En el mismo sentido se pronunció su compañera Teresa quien apuntó, según recogió la Agencia Ical, que todos los alumnos han trabajado «un montón», gracias a la ayuda de los profesores. Destacó la labor de los docentes de más edad que se han reciclado para hacer uso de las nuevas tecnologías y de internet para hacer llegar la materia a los estudiantes.

El profesor del Departamento de Física y Química del IES José María Martín significó que la suspensión de las clases presenciales ha supuesto un reto para todos y valoró como «cosas positivas» que se han visto obligados a retomar metodologías casi olvidadas como la elaboración de vídeos y la comunicación ‘on line’. En todo caso, ha echado mucho en falta la parte humana y el trato directo y estrecho entre el docente y el alumno.

Frente a la opinión de Juan y Teresa, José María apuntó que el estudiante con capacidad y que que iba muy bien en sus estudios antes del confinamiento ha continuado en esa línea frente a los que tenían más problemas. «El alumno que te necesitaba y más vive de estar en contacto con el profe para preguntarle a todas horas, ha notado el parón de tres meses y arrastrará una carencia importante», significó.

En cuanto a su decisión por volver estos días a las aulas, ha pesado, obviamente, el refuerzo de algunos conocimientos para afrontra con garantías los exámenes de la EBAU pero también el reencuentro con sus compañeros. «Verlos, de nuevo, te motiva más», apuntó Teresa.