La ciudad de Segovia, Patrimonio de la Humanidad, está llena de monumentos que hacen de ella un atractivo para turistas de todas las partes del mundo. Es el principal motor de la ciudad y otorga a Segovia una belleza y un interés cultural que le posicionan como uno de los principales destinos turísticos de España.

Entre estos monumentos, coronando la ciudad en uno de sus puntos más altos, se encuentra la Catedral de Segovia, también conocida como «La Dama de las Catedrales». Resulta imposible no mirarla nada más entrar en la Plaza Mayor de Segovia. Imponente y colosal preside la ciudad desde hace varios siglos.

Su belleza no queda ahí, sino que, la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, así es su verdadero nombre, esconde una serie de curiosidades que le hacen, aún, más especial.

Capilla de La Inmaculada

Entre las muchas capillas que se encuentran en el interior de la Catedral de Segovia, una llama especialmente la atención, debido a una de las obras de arte que se encuentran en su interior, «El Árbol de la Vida».

Esta obra alberga la curiosidad en el dicho que se encuentra escrito en el lienzo. Esta frase posiblemente se quede en tu memoria con tal solo leerla una vez. Bajo un árbol que alberga en su copa a personas disfrutando de la vida, se encuentran el diablo (en forma de esqueleto) y Jesucristo. El esqueleto se dispone a cortar el tronco, al lado, la frase para el recuerdo y la enseñanza: “Mira que te has de morir, mira que no sabes cuándo, mira que te mira Dios, mira que te está mirando”. 

La piedra del deseo

Su situación no se puede desvelar, puesto que encontrarla es parte de su atractivo. Pero, si hay que explicar que la Catedral de Segovia cuenta, en su suelo, con una piedra diminuta que te dará la posibilidad de pedir un deseo.

Para que este sea concedido, solo hay que encontrar la diminuta roca y dar tres vueltas a su alrededor, tras ello pedir el deseo que, según cuenta la leyenda, te será concedido.

La historia de su torre

Otro de los atractivos de La Dama de las Catedrales se encuentra en la imponente torre que se levanta sobre la catedral y alcanza una altura de 88 metros.

Allí arriba, en la antigüedad, vivía el campanero con toda su familia. Dada la altura, se hacía difícil comunicarse con el interior, por ello, construyeron el conocido como «llamador de la Torre». Un agujero desde abajo hasta el suelo de la torre que, gracias a un golpe, les servía para salvar la altura y comunicarse con la torre. 

Esto es algo exclusivo de la Catedral de Segovia.

No fue la primera

A pesar de contar con varios siglos entre sus cimientos, la actual Catedral no fue la primera en existir en la ciudad de Segovia. Antes de la Catedral de Nuestra Señora de Asunción y San Frutos, los segovianos acudían a rezar a la Catedral de Santa María, situada más próxima al Alcázar de Segovia.

Esta catedral era de estilo románico y, a su alrededor, contaba con un palacio y varios almacenes. Es por esto que, algunos y de manera errónea, se refieren a la actual catedral como la de Santa María, en lugar del verdadero nombre que tiene en la actualidad.

Estos secretos, entre otros, hacen de la Catedral de Segovia una de las más espectaculares y curiosas de visitar de España. No se pueden desvelar el resto de secretos que esconde «La Dama de las Catedrales», un placer reservado para aquellos que se acercan hasta Segovia para disfrutar de su historia.

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