Son las 6.00 horas de la mañana. Sales de casa para incorporarte al trabajo en el turno de mañana y utilizas el turismo personal para desplazarte. Al llegar al vehículo, los inconvenientes comienzan. La helada hizo su trabajo y los cristales y la luna están blanquecinos. No es lo único, la cerradura está inutilizada, a causa del mismo fenómeno, y no se puede introducir la llave en la puerta.
Problemas de esta índole no son ajenos para muchos ciudadanos durante el invierno, más si cabe en las pasadas semanas con una secuencia de noches bajo cero. Frente a estas situaciones, uno de los mecánicos del taller palentino Autocentro, Javier Aragón, aporta a la Agencia Ical una serie de consejos y recomendaciones para hacer más fácil el día a día y evitar sustos y averías.
“Hay que bajar y arrancar el coche. Es indispensable que esté el depósito lleno, y esperar unos minutos a que el aceite y el motor coja cierta temperatura”. En el caso de los vehículos diésel con turbo, apunta que obviar esta recomendación “provoca que se acorte su vida”.
Ante heladas fuertes y progresivas, es recomendable no poner el freno de mano si el estacionamiento se realiza en un aparcamiento o en una calle habitual sin peligros ni pendientes. “Para sustituir dicho freno de mano, valdría con meter una velocidad”.
Y es que, “si la helada es muy fría y húmeda, las pastillas o las zapatas se pueden quedar pegadas y no se podrá reanudar la marcha, aunque puedas desconectar o liberar el freno de mano desde el habitáculo. Las ruedas se quedarían bloqueadas por la acción de dicho freno de mano”, subraya.
Combatir al hielo
Otro inconveniente sucede en el momento en el que las lunas y los cristales del turismo están helados, en mayor medida la parte delantera y trasera, al ser aquellos que impiden la visión principal en la conducción.
El primer consejo es conectar el aire y dirigirlo a los cristales delanteros, sin ningún peligro de rotura o daño, dado que en los primeros minutos saldrá frío. De igual manera, es importante conectar la luneta térmica para la parte trasera, señala Aragón.
Además, “tampoco es recomendable derramar agua sobre el cristal, ya que se volverá a congelar y no se conseguirá el objetivo buscado, que no es otro que obtener una visión óptima para poder conducir”. Por ello, la opción sería echar alcohol en los cristales, lo que ayudará a que se descongelen, añade.
De igual manera sucede con las cerraduras. Y es que, muchas marcas han sustituido la llave en la puerta por un mando automático, pero si ese no es el caso, la solución también pasa por el alcohol para poder introducir la llave en la puerta y abrir el coche. “No queda más remedio”.
Respecto a las baterías, el mecánico detalla que “si en condiciones normales se aprecia que viene justa para arrancar, es aconsejable verificar su estado o realizar un cambio porque es probable que te deje tirado”. Aun así, reconoce que, si una batería está bien, no hay problema en permanecer, incluso una hora, con las luces de posición y la radio conectada, sin tener el motor arrancado.
Neumáticos y luces
El único punto de contacto del vehículo con el asfalto son las ruedas, de ahí su importancia. “Deben ser de un medio uso o nuevos, para garantizar las mejores prestaciones y seguridad durante la conducción”. Aun así, hay diferentes tipologías, entre los normales, los mixtos y los de invierno. En el caso de los mixtos, que son aptos para el invierno y el verano, mejoran la adherencia en diferentes condiciones que los normales, traslada.
Por otro lado, los neumáticos de invierno, tan famosos en momentos de nevadas al poder circular por ciertas zonas sin necesidad de cadenas, se diferencian del resto “por el dibujo en la rueda, al poseer unas aletillas y unas mejores prestaciones”. Y, aunque su nombre especifique directamente al invierno, puntualiza que se podría circular en verano sin problemas.
El profesional de la mecánica afirma que el vehículo debe llevarse a los niveles óptimos en todos los sentidos, tanto de aceite como de anticongelante, quien recalca que “no hay que verter agua en sustitución del anticongelante, ni siquiera en verano, porque puede provocar problemas y posibles averías”.
En el ámbito de la visión, destaca que las luces tienen que estar completas y en perfecto estado. Mucho cuidado con la compra de las mismas por internet o con marcas desconocidas, al “no poder garantizar sus prestaciones y su intensidad, ya que si es muy elevada puede provocar deslumbramientos a otros conductores, además de no ser aptos en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), al no estar homologadas”.
Por último, el foco “no tiene que estar opaco o envejecido, porque disminuye la luminosidad y, por ende, su función”. De ahí la necesidad de pulirse o sustituirse por focos nuevos. En definitiva, es importante que los usuarios “acuden a talleres y profesionales para evitar sustos”, asevera Javier Aragón.