La tarde iba perfecta. Hasta hacía sol en pleno mes de febrero y el frío le daba una tregua a los novecientos espectadores que poblaron las gradas de La Albuera. Dos goles (Ivo y Rubén) pusieron por delante a la Gimnástica ante un inoperante Leganés B y Adrián había recibido su homenaje como despedida por sus cinco años de glorioso servicio a la Gimnástica.
Cinco minutos para el final, el rival con uno menos, la Segoviana paladeando los tres puntos y la cuarta plaza de la tabla y… la realidad de una categoría durísima cayó a plomo sobre los gimnásticos. Un error en la salida de balón cuesta el (2-1) y un penalti a todas luces inventado por el árbitro el empate. Y todos a casa con cara de tontos.
La realidad es tozuda e indica que la Segoviana lleva cuatro jornadas sin ganar – dos derrotas y dos empates – pero que los treinta y puntos son un buen botín para llevarse veinte jornadas. Quedan catorce partidos, tiempo más que suficiente como para revertir tendencias y volver padecer rachas buenas y malas.
A lo que ya no parece ajena la Gimnástica es a las lesiones. Acuña – cinco semanas de baja por problemas en el soleo – y Borrego con una fuerte contusión entran a la enfermería con peores perspectivas para el paraguayo que para el salmantino, que incluso podría estar para Don Benito el domingo.