Castilla y León ha solicitado ya el almacenamiento de 137 toneladas de carne de ovino y bovino que eviten su pérdida y permitan su salida al mercado en los próximos meses, una vez superada la crisis del COVID-19, así como de 1.772 toneladas de queso. El cierre del canal de hoteles, restaurantes y cafeterías (Horeca) por la incidencia de la pandemia bloqueó una de las principales vías de salida de la producción de lechazos y cabritos, que destinan casi un 80 por ciento de su producción a la restauración.
El plazo de presentación de solicitudes ante las autoridades competentes de las comunidades comenzaron el pasado 7 de de mayo, y en el caso de los productos cárnicos no tiene fecha concreta de finalización, como sí la tienen en el caso de los lácteos, que únicamente podían presentarse hasta el 30 de junio, si bien el plazo se ha dado por finalizado una vez cumplido el cupo asignado a España.
La Comisión Europea adoptó cinco reglamentos para la apertura del almacenamiento privado de carnes de bovino, ovino y caprino, leche desnatada en polvo, mantequilla y quesos. Según estas reglamentaciones, los periodos de almacenamientos son para los productos cárnicos de 90, 120 o 150 días y se debe reflejar en la solicitud de ayuda la opción, mientras que en el caso de los lácteos el periodo es de entre 60 y 180 días para los quesos y de entre 90 y 180 días para la leche desnatada en polvo y la mantequilla sin que sea necesario reflejar exactamente el número de días en la solicitud ya que se contabilizará de cara al pago de la ayuda el momento en que se retiran los productos del almacenamiento.
Según los datos recogidos por el Fondo Español de Garantía Agraria (Fega) a fecha de 28 de mayo, desde Castilla y León se ha solicitado hasta el momento (desde el 7 de mayo) el almacenamiento de 125 toneladas de carne de ovino, que suponen el total solicitado a nivel nacional de esta especie (cinco toneladas a 150 días y 120 toneladas a 90 días). Además, se ha pedido también ayudas para almacenar 12 toneladas de carne de bovino de ocho meses o más, de las 143 toneladas totales en España (en Castilla-La Mancha, Galicia, Cataluña y Madrid).
Según confirmaron a Ical fuentes de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, en el caso de la carne de ovino y caprino, las peticiones proceden de un operador de Valladolid, que ha solicitado ayudas para el almacenamiento de cinco toneladas de carne, y otro de Zamora, con 120 toneladas.
En lo que a lácteos se refiere, el reglamento de la Comisión Europea por el que se abre, de manera temporal y excepcional, un régimen de ayuda al almacenamiento privado de determinados quesos y se fija por anticipado el importe de la ayuda, fijó un cupo máximo para España de 4.592 toneladas. Con las cantidades solicitadas desde el 7 de mayo se ha cubierto este cupo, con lo que habrá que aplicar un coeficiente reductor a las solicitudes presentadas el día que se produjo el rebasamiento, y una vez alcanzado este extremo, se da por finalizado el procedimiento de almacenamiento privado de queso.
Castilla y León es la Comunidad que ha solicitado el almacenamiento de una cantidad mayor de queso, con un total de 1.772,9 toneladas a través de ocho solicitudes. Tras ella, Navarra ha pedido almacenar 1.372,3 toneladas; 819,2 toneladas en Castilla-La Mancha; en Baleares, 478,8 toneladas; 65,8 toneladas en la Comunidad Valenciana; 60,2 en Murcia y 22,5 toneladas en la Comunidad de Madrid.
Desde el Consorcio de Promoción del Ovino de Castilla y León se consideró que lo deseable era que estas ayudas hubieran salido “antes” porque fue tras la declaración del estado de alarma por la incidencia de la pandemia del COVID-19 cuando se produjo “el pico” y se dieron los mayores problemas para dar salida al producto, que en su mayoría ha tenido que ser congelado. Por eso, desde esta entidad, Alfredo Rodríguez entiende que el resultado de la convocatoria “está a la vista” y solo se han solicitado ayudas para el almacenamiento de 20 toneladas de ovino.
Igualmente, auguró que esta herramienta de ayudas “se va a utilizar poco” porque ha visto la luz en un momento que coincide con “menor producción” además de que el sector de la hostelería y la restauración está previsto que pueda empezar a recuperar su actividad en los próximos días, lo que igualmente supondrá un alivio para los productores de carne.
Las semanas próximas a la Semana Santa fueron las que supusieron un mayor problema para el sector ante la imposibilidad de suministrar el producto a los establecimientos de restauración, pero las ayudas no han contemplado ese periodo al no tener carácter retroactivo. Ese producto no se ha perdido, porque en su mayoría se ha congelado, pero no recibirá ayudas, lamentaron desde el Consorcio de Promoción del Ovino de Castilla y León, desde donde incidieron en que por eso se estaban esperando las ayudas, para poder “cubrir” esa carne que no se ha vendido y que “normalmente hubiera ido a restaurantes y hogares”.
Ayudas insuficientes
Aunque el sector lácteo tenía de plazo hasta el 30 de junio para solicitar las ayudas, el cupo está completo, lo que ha hecho que solo “una mínima parte” de ellas se hayan pedido en Castilla y León y sean “muchísimas” las que se han quedado fuera. Por eso, el gerente de la Federación Castellano y Leonesa de Industrias Lácteas (Lacteacyl), Alberto Manzanares, confió en que este “problema” se solucione con la ampliación de fondos o el incremento de la cuota para que las empresas puedan optar a estas suvbenciones.
Igualmente, consideró que España se ha quedado “en inferioridad” porque el cupo máximo para el país eran de algo más de 4.500 toneladas, cuando para Francia o Italia rondaban entre 15.000 y 20.000 toneladas. Teniendo en cuenta que en estos dos últimos meses se ha seguido recogiendo la leche “al 100 por ciento”, es posible afirmar que el proceso ha avanzado con cierta normalidad, lo que supondrá dificultades. “Si recoges la leche, haces queso y no los vendes, en unos meses nos vamos a encontrar con los almacenes llenos y sin salida”, lo que supondrá “un problema grande” si no se amplían las ayudas, advirtió Manzanares.
La esperanza del sector lácteo está fundamentalmente en la reanudación de la actividad, algo que empieza a percibirse tímidamente. “En los últimos diez días se están empezando a recibir más pedidos” y el mercado “parece que empieza a funcionar un poco” y por ello se confía en que “va a haber salida” aunque no será total “hasta que no se abra el canal Horeca y la exportación”, sentenció.