El Informe Raxen elaborado por Movimiento contra la Intolerancia detectó en 2020 en Castilla y León 59 incidentes de delitos de odio racial, xenofobia, racismo, antisemitismo, islamofobia, antigitanismo, homofobia y otras formas de intolerancia, discriminación y violencia. Entre otros, en esta ocasión destacan casos de estigmatización por haber padecido el coronavirus o ejemplos de ‘madrileñofobia’ cuando esta Comunidad contaba con altos índices de COVID-19. Este informe, que se publica anualmente desde 1995, se ha consolidado y ofrece datos para “investigar, analizar incluso proponer políticas de prevención criminal y de apoyo a las víctimas”, informa Ical.
A su juicio, durante el año pasado “no se avanzó” en objetivos como la Ley de Igualdad de Trato ni la Ley contra los Delitos de Odio, ni en un Plan de Acción contra el Racismo y la Intolerancia, todo ello a causa de un Parlamento y un Gobierno “escasamente proactivos al respecto”. Estas reivindicaciones “no encontraron eco, pese a las advertencias de los organismos europeos que detectan como factores inquietantes en toda Europa: la xenofobia, el antisemitismo y la polarización ideológica”.
El Informe Raxen admite que en España la situación relativa es “mejor” que en otros países europeos, pero sin embargo la monitorización realizada la sitúa en el entorno de los 700 incidentes o hechos relacionados con este tipo de delitos en 2020. Persisten signos “inquietantes”, señala el documento, al que tuvo acceso Ical. La Comunidad con mayor cifra es Cataluña, con 129 incidentes, seguida de Andalucía (88), Madrid (85) y Valencia (70). Posteriormente, Castilla y León, con 59, País Vasco, con 46, Navarra, con 37, Baleares, con 30, Aragón, con 27, y Murcia, con 21. El resto suman en torno al centenar, si bien se observan casos en todas las autonomías. Movimiento contra la Intolerancia lamenta que “solo se denuncia entre un 10 y un 15 por ciento de los hechos”, con lo que se estiman entre 4.000 y 6.500 en España al año.
En Castilla y León se han detectado casos de insultos racistas en el fútbol base y no profesional, ejemplos de transfobia, violencia juvenil, activismo neonazi a través de las redes sociales, intolerancia religiosa, gerontofobia, xenofobia e islamofobia, crímenes de odio, violencia machista, discriminación educativa, apología del terrorismo, antigitanismo, crímenes de bandas latinas, disfobia, yihadismo en cárceles y acoso al profesorado.
Como conclusión, el Informe Raxen advierte de que a esta situación “no se está prestando la debida atención social e institucional”, con lo que “aumenta la presencia del discurso de odio en internet y redes sociales; el mensaje xenófobo y de las organizaciones extremistas europeas se difunde en España; y se constata el crecimiento de odio ideológico y de hispanofobia.