La mayor caída del conjunto de España. La matriculación de alumnos en Enseñanzas de Régimen General en Castilla y León ha descendido un seis por ciento en la última década. Junto a Extremadura (-5,2 por ciento), Canarias (-3,5 por ciento), Castilla-La Mancha (-3,2 por ciento) y Asturias (-0,1 por ciento), son los únicos territorios que han perdido alumnado entre los cursos 2011-2012 y 2021-2022. Estos descensos contrastan con el aumento del 4,1 por ciento a nivel nacional.
El porcentaje de variación del alumnado no universitario en Castilla y León ha bajado un seis por ciento en los últimos diez años, al pasar de los 338.498 a los 360.268 matriculados. Son 21.770 menos. La caída de estudiantes de Enseñanzas de Régimen General –que engloba el primer y segundo ciclo de Infantil, Primaria, Educación Especial, ESO, Bachillerato y Formación Profesional– en cinco comunidades contrasta con el aumento registrado en la misma década en Navarra (13,3 por ciento), Baleares (10,8 por ciento), La Rioja (10,6 por ciento), Madrid (10,2 por ciento), Cataluña (ocho por ciento) y Murcia (7,9 por ciento).
Valladolid, excepción
Las estadísticas del Ministerio de Educación y Formación Profesional, consultadas por la Agencia Ical, constatan que la pérdida de alumnos es generalizada en la Comunidad, ya que todas las provincias registran un descenso del número de matriculados, salvo Valladolid, donde aumentó un dos por ciento en la última década, de 81.172 a 82.763.
Zamora encabezó las caídas en volumen de estudiantes, con un 18,2 por ciento de bajada, al pasar de los 23.293 a los 19.040. Le siguió Salamanca, con un descenso del 10,3 por ciento en el alumnado, hasta los 45.653; León (-8,9 por ciento, con 57.321); Ávila (-8,3 por ciento, con 23.088); Segovia (-7,2 por ciento, con 23.152) y Soria (-6,7 por ciento, hasta los 12.885). Por su parte, Burgos registró una bajada por la media autonómica, con el dos por ciento, hasta los 52.897.
En términos absolutos, los cerca de 22.000 alumnos que ha perdido la Comunidad en los últimos diez años se reparten, principalmente, entre las provincias de León (5.618), Salamanca (5.222) y Zamora (4.253). Hasta el punto que esos tres territorios suman 15.093, lo que supone siete de cada diez estudiantes. Cierran el listado las provincias de Ávila (2.100 menos), Palencia (1.931), Segovia (1.790), Burgos (1.528) y Soria (919 menos).
Ciclo infantil, el más castigado
Por etapas educativas, el segundo ciclo de Infantil es el que ha perdido mayor número de alumnos en Castilla y León, con un descenso del 21,8 por ciento, al pasar de 62.401 en el curso de 2011 a los 48.770 de los matriculados en 2021. A los casi 14.000 niños de tres a seis años que ya no figuran en las estadísticas del Ministerio, se suman los 6.764 niños menos que hay en Primaria, al contar con 118.410 frente a los 125.174 de hace una década. Por el contrario, se mantiene en cifras similares en el primero ciclo de Infantil (en torno a los 10.000) y Educación Secundaria (algo más de 85.000) aunque bajó en 4.363 en Bachillerato, hasta los 32.113, al sumar los de las clases presenciales y a distancia.
La Formación Profesional, en sus diferentes modalidades, es la que gana, sin duda, la mayor parte de los alumnos en la última década. Los matriculados en los ciclos formativos de Grado Medio se mantienen en los 17.500 aunque aumentaron en los de Grado Superior, con 4.874 estudiantes más, hasta los 20.694. Además, en el curso 2021-2022 aparecen los 4.217 matriculados en FP Básica, que vino a sustituir a los Programas de Cualificación Profesionales existentes en 2011 cuando había 5.371 alumnos. Suponía una vía para que los estudiantes que no habían obtenido el título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria pudieran lograr una cualificación profesional de nivel uno. En todo caso, son 1.154 menos en el periodo analizado.
En cuanto a la titularidad de los centros, no ha variado el reparto de alumnos ya que la mayoría se mantiene en públicos, con el 67 por ciento, y el resto, en los concertados y privados.