Castilla y León sumó 180 nuevos casos de COVID-19 confirmados por la prueba PCR durante los últimos tres días, de los 72 corresponden a las últimas 24 horas. De ellos, 52 se registraron en la provincia de Soria (que a pesar de la cifra no cuenta con transmisión comunitaria), seguida de los 13 de Salamanca, los seis de Zamora y uno en Burgos. Además, la Comunidad tuvo que lamentar dos fallecidos en los hospitales, por esta enfermedad, hasta los 2.070, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad.
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, aseguró hoy en la rueda de prensa para informar de la situación epidemiológica en la Comunidad en relación a los últimos brotes de la COVID-19 que solo el 40 por ciento de los 180 casos positivos presentaba algún síntoma.
Casado recordó, según recogió la Agencia Ical, que la Consejería tiene detectadas las zonas básicas de salud con mayor incidencia, por tasa por PCR por 10.000 habitantes en los últimos siete días, que son Íscar (38,8); Aranda Norte (27,4); Aranda Sur (11,7); Soria Norte (17,7) y Soria Sur (11,9).
Además, la consejera valoró la labor “absolutamente extraordinaria” de Salud Pública y los gerentes provinciales de Sacyl así como los delegados territoriales de la Junta, los subdelegados y el delegado del Gobierno para analizar estas zonas y comprobar si, en algún momento, es necesario establecer una mayor limitación de la movilidad, en caso de extenderse los casos.
13.000 PCR en una semana
De forma paralela a este trabajo, la Junta ha aumentado, “de manera importante”, el número de pruebas de detección, hasta el punto de que Casado ofreció el dato de 13.293 PCR entre el lunes 27 de julio y ayer domingo 2 de agosto. “Es esencial hacer la prueba de detección a un gran número de personas por que es lo que nos permite identificar el caso, aislarlo y poner en cuarentena a los contactos. Es lo que, verdaderamente, puede frenar la pandemia”, aseveró. Casado incidió en los espacios cerrados o con poca ventilación son lugares donde aumenta la contagiosidad, además de reclamar evitar las aglomeraciones. Respecto a las notificaciones acumuladas de PCR, tras los 72 nuevos, la cifra se eleva los 20.869, si bien el total de contagios alcanza los 27.299, según los datos facilitados por la Junta.
La consejera recordó que el COVID-19 ha demostrado que es un virus «altamente» contagioso, letal -especialmente para las personas frágiles-, puede afectar a las personas jóvenes -no tanto a los niños, que tienen menos afectación grave si no tienen una enfermedad-. Apeló a la responsabilidad individual de los castellanos y leoneses, pero en especial a los jóvenes. “Ellos mismos pueden tener la enfermedad que, en algunos casos, es grave pero sobre todo contagiar a sus padres y abuelos, hasta el punto de fallecer”, significó.
En este sentido, Verónica Casado hizo hincapié en que la pandemia continúa, y “nunca nos hemos despegado de ella”, por lo que se mantiene la situación de alerta sanitaria, una vez comprobado que el calor no atenúa el virus, tal y como ocurre con los más habituales de invierno. “No podemos ni debemos bajar la guardia ni rebajar las medidas de prevención mientras no haya una vacuna por que, si no, tendríamos que volver a la situación de confinamiento generalizado, que nadie quiere”, sentenció. A su juicio, el no llegar al confinamiento dependerá “mucho” de la responsabilidad individual.
Primera ola de la pandemia
La consejera de Sanidad consideró que la situación epidemiológica prosigue en la primera ola ya que siempre ha habido casos de COVID-19. “Pienso que la primera ola se atenuó aunque el virus no llegó a desaparecer, una vez que fuimos capaces de disminuir la transmisión”, añadió. En todo caso, subrayó que el incremento de casos registrados en los últimos días está relacionado con el aumento de la movilidad de las personas. “El aislamiento y la cuarentena son las herramientas que han demostrado ser las más eficaces y rápidas para reducir la propagación de la enfermedad”, afirmó. En este sentido, se mostró esperanzada en que la Junta no sea vea obligada a solicitar una orden judicial para que las personas cumplan con la cuarentena en casa, sin salir a la calle.
En cuanto a la ocupación de los hospitales por enfermos por COVID, alertó que ha aumentado “ligeramente” en las últimas semanas, con lo que -precisó- hay que tener “cuidado”. En la actualidad, los centros de la Comunidad suman 45 pacientes, de los que seis están en la UCI, la mayor parte de edades avanzadas. No en vano, hay dos personas en la unidad de críticas del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid (ambos, con 79 años); uno más en Salamanca (58 años); El Bierzo (65 años); Soria (78 años) y Burgos (mayor de 70 años, que lleva ingresado desde el pasado 3 de abril).
A lo largo de la pandemia han muerto en los hospitales de la Comunidad 2.070 personas. En Ávila suman 143, mientras que son 217 en Burgos; 424 en León; 88 en Palencia; 374 en Salamanca; 213 en Segovia; 123 en Soria; 396 en Valladolid; y 92 en Zamora.
Además, la cifra de altas se eleva hasta las 8.713, repartidas entre las de Ávila (673), Burgos (986), León (1.751), Palencia (381), Salamanca (1.297), Segovia (933), Soria (436), Valladolid (1.891) y Zamora (365).
Residencias de mayores
Por lo que se refiere a las residencias de mayores, el número de fallecidos por COVID-19 se mantiene en 1.499. De ellos, 698 perecieron en las instalaciones de los centros y 801 en centros hospitalarios. Sin embargo, hay otras 1.105 personas que perdieron la vida con síntomas compatibles con la enfermedad (77 en hospital y 1.028 en la residencia). Así, en estos centros podrían haber fallecido por la pandemia 2.604 personas (878 en hospital y 1.726 en sus instalaciones).
El Ejecutivo precisa que estas residencias dan servicio a 42.211 personas, con 1.499 fallecidos confirmados por coronavirus y 1.105 con síntomas compatibles con la enfermedad. El número de positivos confirmados en estos centros asciende a 7.143 y 7.131 personas ya han superado la infección, aunque 19 siguen aisladas con síntomas compatibles y 165 en aislamiento preventivo sin sintomatología.
La consejera manifestó que los controles a las residencias de ancianos se han incrementado en los últimos días, hasta el punto de que aseguró que el objetivo es “peinar” el cien por cien de estos centros. No en vano, reconoció la necesidad de tener el “máximo cuidado” con las personas mayores, que son las más vulnerables ante el coronavirus.
Por lo que se refiere a los centros propios de la Junta, para mayores y personas con discapacidad, atienden a 2.558 personas; con 35 residentes hospitalizados y 135 fallecidos por coronavirus y otros 117 que perdieron la vida con síntomas compatibles en total.
En estos centros se han confirmado 618 casos de COVID-19 y han sido dados de alta otros tantos usuarios. No hay personas en aislamiento con síntomas compatibles y solo seis lo están de forma preventiva.