El Consejo de Gobierno acordó este jueves prorrogar el cierre perimetral de Castilla y León hasta el próximo 10 de enero, lo que limitará la movilidad con otras comunidades al entender que se trata de una media eficaz para el control del virus. El cierre perimetral está activo en la Comunidad desde el pasado 30 de octubre, cuando se adoptó esta medida con motivo de la proximidad del puente de Todos los Santos, desde cuando se ha mantenido a través de diferentes prórrogas.
Según explicó el portavoz y vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, está previsto proponer medidas especiales de cara a las fechas navideñas con el “planteamiento inicial” de permitir la movilidad de familiares y allegados entre los días 23 y 26 de diciembre, entre los días 30 de diciembre y 2 de enero y entre los días 5 y 6 de enero. De la misma forma, se mantiene el toque de queda salvo los días 24 y 31 de diciembre y también el 5 de enero “para sus majestades los reyes y los pajes reales”.
Igea puntualizó que el planteamiento de Castilla y León es que la movilidad entre comunidades sea posible “en estos dos intervalos de tiempo” independientemente del tiempo que una persona permanezca luego en el territorio autonómico. De cualquier forma, el vicepresidente hizo un llamamiento a la población ”para que se mueva lo menos posible” porque “cuanta más movilidad hay, existe más transmisión”, dijo.
Por otro lado, el Consejo de Gobierno también ha ratificado el levantamiento de las medidas extraordinarias que se establecieron mediante el acuerdo del pasado 3 de noviembre, en las provincias de Palencia, Soria, Valladolid, Zamora y Burgos, aunque en este último caso, con la salvedad de la capital burgalesa. Esto se concreta en la vuelta a las actividades de restauración, tanto en interiores -excepto consumo en barra- como en terrazas; la reapertura al público de los grandes establecimientos comerciales, así como comercios de más de 2.500 metros cuadrados; y la reapertura al público de instalaciones deportivas convencionales y centros deportivos para la realización de actividad física que no sean al aire libre, con asistencia de público en aquellos casos en los que está permitido.
En el caso de la hostelería y restauración, se recuerda que el consumo dentro del local no se podrá efectuar en barra o de pie y deberá realizarse sentado en mesa o agrupaciones de mesas, no pudiendo superarse el 33 por ciento del aforo. Se limitará la ocupación máxima de mesas o agrupaciones de mesas a seis personas. En todo caso, la distancia mínima entre mesas o agrupaciones de mesas será de 1,5 metros en terrazas al aire libre, y de 2 metros en el interior de los establecimientos. Las terrazas se podrán abrir con el 75 por ciento del aforo.
Los grandes establecimientos comerciales abrirán con un aforo máximo de un tercio de su capacidad, y se mantendrá el horario establecido por el estado de alarma. Para el deporte en establecimientos cerrados es obligatoria la mascarilla (excepto para competiciones oficiales) y desarrollo de deporte sin contacto físico, excepto deportistas profesionales, de alto Nivel o de alto rendimiento. El aforo máximo será del 33 por ciento.
Centros deportivos
En esta línea, y ante las discrepancias vertidas por los centros deportivos que dicen sentirse perjudicados respecto a otros sectores, Igea puntualizó que las medidas restrictivas que se adoptan son “las acordadas por parte del Consejo Interterritorial” por lo que “se van a mantener” después de haber alcanzado criterios “uniformes” tras ocho meses “peleando”. Además, apostilló que las medidas restrictivas en lugares cerrados donde se hace ejercicio y se exhala más “entran dentro de la lógica”.
En la misma línea se expresó la consejera de Sanidad, Verónica Casado, quien reconoció que “en reposo”, la distancia de metro y medio “es suficiente” pero al hacer ejercicio físico hay estudios que evidencian la necesidad de llegar hasta a los cuatro metros, que es la distancia a la que “pueden llegar las gotitas o los aerosoles”, de ahí la relevancia de “mantener distancias mayores”.
De igual manera se levantarán las restricciones extraordinarias sobre las salas de juego y apuestas que desde el pasado 13 de noviembre mantenían el cierre al igual que los establecimientos hosteleros.
Por el contrario, en la ciudad de Burgos, la hostelería mantiene la suspensión de las actividades de restauración en el interior de los establecimientos, permitiéndose únicamente esas actividades en terrazas al aire libre. Igualmente permanecerán cerrados los grandes establecimientos comerciales, así como comercios de más de 2.500 metros cuadrados; y las instalaciones deportivas convencionales y centros deportivos.
Cambios de nivel
El vicepresidente y portavoz avanzó además que el próximo sábado está previsto que Ávila pase al nivel 3 de alarma, una situación en la que hasta el momento solo se encuentra Segovia, un salto que dará el lunes la provincia de Salamanca “si no hay cambios” en la tendencia que se está registrando en los últimos días.
Igea insistió en que los esfuerzos realizados han permitido disminuir “de forma importante” los niveles de contagios y avanzó que se continuará con la reducción de los niveles de alerta “según mejore la situación epidemiológica” en los distintos territorios. Igualmente, aclaró que estas modificaciones atienden a criterios que “no son arbitrarios” sino que han sido decididos en Consejo Interterritorial de Salud, donde se han definido los indicadores y puntos de corte.
En cuanto a lo que supone la reducción de nivel en relación a la movilidad entre provincias, Igea explicó que se mantiene el cierre perimetral de la Comunidad pero no entre provincias porque “no se considera necesaria” dada que la prestación de servicios será igual en todas ellas. “Es poco probable que una persona se mueva de un sitio a otro buscando un mayor aforo”, declaró.
El mismo horario de cierre
Ante la mejoría de los datos epidemiológicos que está permitiendo la apertura de sectores como la hostelería, los profesionales de algunas provincias como Salamanca han planteado la posibilidad de que el toque de queda pueda retrasarse al menos una hora para favorecer la actividad, algo que rechazó el vicepresidente de la Junta porque “las medidas están funcionando” y han demostrado ser “útiles y eficaces”.
“Cuando las medidas van bien, no hay que cambiarlas”, declaró el también portavoz de la Junta quien recordó que, a pesar de los mejores datos, Castilla y León está “lejos de la normalidad” y aún ocho de las nueve provincias se encuentran en nivel 4 de alerta, sin olvidar que hay 170 pacientes en las unidades de cuidados intensivos. Sin embargo, puntualizó que esta determinación se hará “en todas las provincias con la misma intensidad”.