Las infracciones penales descendieron en Castilla y León un 22,2 por ciento en el segundo trimestre del año en comparación con el mismo periodo del pasado año, hasta las 20.667, según lo datos publicados este miércoles por el Ministerio del Interior, en lo que se constatan los efectos del confinamiento por la crisis del coronavirus, con bajada generalizada en todos los tipos penales menos en homicidios consumados, que se dispararon un 300 por cien.
En lo que va de año se contabilizan en la comunidad una docena de asesinatos consumados, cuatro más que a lo largo de todo el 2019, y uno más que en 2018 y 2016.
Esta evolución contrasta con la caída a nivel nacional del 2,7 por ciento, con 143 asesinatos, cuatro menos que en los seis primeros meses del 2019, según los datos publicados por Interior y recogidos por Ical.
Por su parte, los homicidios dolosos y asesinatos en grado de tentativa se mantienen estables con 13 casos, los mismo que el pasado año.
El descenso más acusado, con un 44,7 por ciento, se registró en los hurtos, que pasan de 9.151 a 5.062, por delante de los robos con fuerza en domicilios (-32,1 por ciento), hasta los 1.636. Los robos con violencia e intimidación cayeron un 30,7 por ciento (219) y las sustracciones de vehículos con un 29,9 por ciento (188).
Además, los delitos contra la libertad sexual descendieron un 27,2 por ciento (177), las agresiones un 31,9 por ciento (246) y el tráfico de drogas un 9,7 por ciento (176).
Por provincias, el mayor descenso de las infracciones penales correspondió a León (-27 por ciento), por delante de Burgos (-23,2 por ciento) y Valladolid (23 por ciento). En el extremo opuesto se situaron Soria y Palencia, con unas caída del 15,9 por ciento y 18,3 por ciento, respectivamente. En Segovia, Zamora, Ávila y Salamanca la variación negativa se situó por encima del 19 por ciento.