La consejera de Sanidad, Verónica Casado, mostró hoy su decepción por el resultado del pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) celebrado ayer, tras el que todavía las autonomías carecen de «estándares claros y concretos» y cuantitativos, más allá de la necesidad de garantizar camas de UCI y de enfermos agudos. No obstante, valoró que se flexibilizara este aspecto, que «ninguna» autonomía hubiera podido cumplir, y que se abre no sólo a camas públicas, sino también a privadas y de recursos sociales sanitarios y no sociosanitarios.
«Con este criterio llegamos», ya que según el catálogo nacional de camas de hospitales, Castilla y León cuenta con 392,3 camas por cada 100.000 habitantes, lo que la sitúa en la la segunda autonomía en camas y la tercera en camas públicas. «Con nuestras camas actuales no tendríamos problemas de cobertura. El 2 de abril, con el pico más alto, con 2.407 pacientes COVID y no COVID, los hospitales alcanzaron el 67,3 por ciento de ocupación. «Con estos datos, no se nos podía pedir 2.000 o 2.700 camas más».
La consejera, en su comparecencia diaria para analizar la situación sobre la crisis del coronavirus en Castilla y León, explicó que independientemente de las decisiones del Gobierno central, la Comunidad trabaja en todos los escenarios y «está preparada» para la vuelta progresiva a la «mal llamada normalidad», ya sea, en una situación de estado de alarma o fuera de ella si al final no prospera mañana en el Congreso, y con el ánimo de seguir trabajando para que no haya repuntes ni rebrotes.
Así, por un lado, existe, entre otras medidas, la Ley de Salud Pública que ya se aplicó para el confinamiento de Miranda de Ebro y luego, de Burgos, y, por otro, la Comunidad cuenta con profesionales, equipos de protección, test y protocolos para enfrentarse a una crisis que no quiere. «Estamos preparados, pero no necesitamos ni repuntes ni rebrotes», sentenció.
Criterios de desescalada
Casado, que recriminó al Gobierno que no aporte indicadores claros en Atención Primaria, explicó que el Ministerio les ha solicitado que cada autonomía incorpore sus criterios en el plan de desescalada propio, que Castilla y León remitirá a Madrid a última hora de esta tarde o mañana miércoles a primera hora, como muy tarde, fecha en la que expira el plazo fijado por el Ejecutivo central.
Entre estos criterios que incluirá la autonomía figuran parámetros e indicadores de medición de la situación epidemiológica; umbrales; indicadores de emergencias, de Atención Especializada y Primaria, más cuando va a ser el eje sobre el que va a pivotar la desescalada, como clave en la vigilancia, prevención y detección de casos, así como en el aislamiento.
Después, una vez que se analice el documento, está prevista una reunión bilateral Junta-Ministerio para valorar las propuestas, entre las que Casado confía en que se acepte una de las principales reivindicaciones de Castilla y León: que el criterio geográfico de la zona básica de salud prime sobre el de la provincia, ya que entiende que, entre otras ventajas, aporta la delimitación sanitaria, la implicación social, el compromiso municipal y el control de la movilidad.
Casado explicó que a esta petición también se sumaron ayer Asturias y Navarra, como ya lo hicieron la semana pasada los gobiernos de Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha y Aragón, por lo que confía en que el próximo lunes haya 26 zonas básicas de salud con 53.500 habitantes que puedan entrar en la fase 1 y que suman ya una semana sin ningún caso nuevo, 13 de ellas, 14 días. «Creo que van a ser receptivos, porque no somos los únicos». De hecho, tiene dudas de que si esto no fuera así pudiera entrar alguna de las nueve provincias.
Respecto a la desescalada para el resto de provincias, la consejera dijo que desde la Junta se mantendrá la comunicación con el Ministerio para ir adaptándose a las circunstancias y que , en función de la situación sanitaria y epidemiológica, se puedan adaptar nuevas decisiones sobre el plazo de los 14 días desde la adopción de un nuevo escenario.
Zonas cero
En concreto, por lo que se refiere a las 13 zonas que llevan sin contabilizar ningún caso en los últimos 14 días, son, en Ávila, de la zona básica de salud de Muñico, con 930 tarjetas sanitarias; en Burgos, las de Sedano (441) y Valle de Losa (549); en León, Truchas (994), Matallana de Torío (1.380) y Riaño (1.194); mientras que en Palencia se trata de Torquemada (1.852); en Salamanca, de la de Robleda (1.643); en Valladolid, de las de Alaejos (2.752) y Mayorga de Campos (2.621), y en Zamora, la de Tábara (3.358), Alta Sanabria (521) y Carbajales de Alba (1.121).
En cuanto a las otras 13 zonas sin casos registrados en los últimos siete días, se trata, en la provincia de Burgos, de las de Quintanar de la Sierra (3.159), Espinosa de los Monteros (2.671), Pampliega (1.899) y Valle de Mena (3.693); en Salamanca, de las de Adeadávila de la Ribera (2.568), Lumbrales (3.294), junto a Miranda del Castañar (1.694), y en Soria, de la de San Pedro Manrique (916). Mientras, en esta situación estaría la zona de Esguevillas de Esgueva, en Valladolid, con 1.317 tarjetas, y, en Zamora, las de Santibáñez de Vidriales, con 1.850; Alcañices, con 4.604; Corrales del Vino, con 2.910, y Villalpando, con 3.578.