Durante todo el mes de mayo, el Museo de Segovia quiere ahondar en su historia para celebrar el Día Internacional de los Museos que se conmemora el día 18 de mayo. Por ello, se ha escogido una selección de distintas cartelas informativas de la exposición permanente del centro, folletos de inauguración de muestras temporales y una de sus felicitaciones de Navidad como la ‘pieza del mes’.

Las primeras obras artísticas llegaron al Museo procedentes de diferentes espacios religiosos de Segovia. A ellas se les sumó la importante colección arqueológica, ligada al desarrollo desde el siglo XX de excavaciones, gracias a distintas investigaciones, y al ingreso de piezas procedentes de hallazgos casuales y de diferentes depósitos. Con todo, el Museo abrió las puertas en 1842 y desde entonces el número de bienes culturales que alberga no ha hecho más que crecer.

Para lograr una preservación de la cultura ligada a los usos y costumbres tradicionales de la provincia, se hizo necesaria la elaboración de toda una serie de materiales de apoyo que facilitasen las visitas. De igual forma, esta documentación se realizó con la intención de que aportara la información complementaria necesaria para que todos los visitantes pudiesen comprender adecuadamente las piezas que conformaban los fondos del centro, ya que estas se caracterizaban por su singularidad.

Estas herramientas de información se ampliaron a medida que iba aumentando la colección, pero siempre teniendo como objetivo principal el aproximar la labor científica y de catalogación del propio Museo de Segovia.

Cartelas, folletos y una felicitación navideña de 1948

Se han seleccionado tres cartelas que marcan la historia y la evolución del Museo de Segovia. La primera de ellas se trata de la que indicaba la entrada en la sección de arqueología. Su origen se remonta al año 1844 cuando comenzó la actividad de reunir y clasificar los objetos arqueológicos y, desde entonces, los fondos museísticos han aumentado notablemente.

La segunda cartela hace referencia a la pieza nº176: una ‘urna cineraria con restos humanos calcinados, encontrados en la Villa de Coca’. Se trata de una pieza que en la Edad del hierro fue reutilizada para acoger los restos mortuorios de un caucense de la época vaccea. Su hallazgo arqueológico se produjo en la zona de San Nicolás, y se entregó al Museo Provincial de Segovia para formar parte, desde entonces y hasta la actualidad, de la exposición permanente de la sección dedicada a esta etapa.

La tercera hace referencia a una de las tablillas de piedra más singulares de la colección. Este epígrafe de época romana está coronado por un jinete, algo típico de la tradición celtibérica, y está dedicado a Gneo Pompeyo Mucrón, natural de Uxama (Burgo de Osma, Soria), que falleció a los noventa años, algo extraño para la época. Para evitar su deterioro, se extrajo de la muralla medieval ubicada en la zona frente al convento de la Santa Cruz. De esta forma, la estela continuó teniendo una vida útil, ya que tras su uso como epígrafe funerario, formó parte del entramado amurallado para, finalmente, formar parte del conjunto arqueológico que ilustra este periodo en la exposición permanente del museo.

Otros de los documentos históricos son los folletos de promoción de exposiciones temporales. Al no existir Internet, este tipo de documentos era de vital importancia para conseguir que la gente acudiese a las exposiciones. En este caso, se ha escogido uno de los pasquines que anunciaban una muestra del año 1948, en la que figuraban cuadros y grabados históricos de Segovia a través de los cuales se podían observar los cambios urbanísticos de la ciudad en diferentes periodos. Esta estuvo a cargo del Instituto Diego de Colmenares y en ella colaboró el Museo de Segovia. La muestra reunió un total de 72 obras entre las que se encontraban desde miniaturas medievales del siglo XIII provenientes del Códice de las Cantigas del Rey Alfonso X, dibujos arqueológicos del marqués de Villanueva o cuadros del pintor escocés David Roberts, entre otros.

Por último, este conjunto se completa con una felicitación de Navidad del mismo año de la exposición, 1948. Con la selección de esta tarjeta se quiere recordar una tradición que se mantiene y que demuestra que, aunque cambien los formatos y los canales de difusión, el Museo de Segovia continúa generando su particular historia.