Los castellanos y leoneses valoraron con una nota del 6,95 sobre diez el funcionamiento de la sanidad pública, la mayor alcanzada desde que se hacen estudios, si bien la asignatura pendiente sigue siendo los tiempos de espera, la información facilitada por el personal administrativo y la comodidad de las salas de espera de la atención primaria. Estos datos se desprenden del Barómetro Sanitario 2010 de Castilla y León que hoy presentaron el consejero de Sanidad, Francisco Javier Álvarez Guisasola, y la directora general de Planificación Sociosanitaria, Ana Hernando.
En ese sentido, Álvarez Guisasola aseguró que la calificación obtenida es la mayor alcanzada desde que en 2006 se puso en marcha el Barómetro sanitario. Por ello, indicó que estos buenos números confirman la tendencia positiva en la apreciación del sistema y recalcó que los resultados coinciden con otros estudios como el barómetro que elabora el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad o la Unión Europea. Así, recordó que Castilla y León ocupa el cuarto puesto en el ranking nacional, por detrás de La Rioja, Navarra y Asturias, todas comunidades uniprovinciales.
Asimismo, el consejero remarcó que la satisfacción media de los ciudadanos con la asistencia sanitaria pública en Castilla y León es del 6,95 sobre diez, frente al 6,86 del año pasado y ligeramente superior a la que otorgó en su última valoración el Ministerio de Sanidad que fue del 6,82. De este modo, el barómetro indica que el 63,6 por ciento de los ciudadanos encuestados está satisfecho o muy satisfecho, frente al 9,5 por ciento que se muestra insatisfecho o muy insatisfecho y al 27,9 que se confiesa indiferente.
De un total de 213 indicadores analizados en la encuesta realizada a 30.855 personas, nueve de cada diez se sitúan por encima del siete sobre diez. El barómetro, que extrae sus resultados de 450 sondeos telefónicos y 30.405 cuestionarios, refleja que la valoración global de los ciudadanos se sitúa en el 84 por ciento en Atención Primaria; en el 89,9 por ciento en Consultas Externas; en el 88,7 por ciento en Urgencias; en el 92,1 por ciento en Hospitalización; en el 88,3 por ciento en Urgencias; en el 89,6 en Hospitalización pediátrica; en el 89,7 por ciento en Hospitalización obstétrica y en el 96,9 por ciento en Emergencias.
Además, ante la pregunta de si recomendarían el servicio de Atención Primaria el 85,5 por ciento de los encuestados lo haría; el 86,4 en externas; el 89 en urgencias; el 91 por ciento en hospitalización; el 88,4 la hospitalización pediátrica y el 98,4 las Emergencias. Por tanto, estos datos permiten afirmar que dos de cada tres usuarios (el 63,6 por ciento) valoran como “buena o muy buena” la prestación asistencial sanitaria que reciben en Castilla y León.
Álvarez Guisasola sostuvo que las listas de espera es una de las cuestiones en las que su departamento trabaja para reducir los tiempos de demora, aunque indicó que se trata de una problemática que afecta a todo el sistema nacional de salud y que se deriva de sus propias características: la universalidad y la gratuidad. Reconoció que existe cierta demora en procesos crónicos, pero recordó que Castilla y León se sitúa entre las comunidades con mejores datos.
Profesionales
Respecto a los profesionales, nueve de cada diez ciudadanos hicieron una valoración positiva. La referida al personal médico en Atención Primaria se sitúa en el 91 por ciento y el de enfermería en el 92,1 por ciento. El consejero destacó que reciben los segundos una puntuación superior debido a la relación existente con el paciente. Además, en consultas externas los porcentajes se sitúan en el 90 y el 91,2 por ciento, respectivamente. Del mismo modo, el personal médico de hospitalización es valorado positivamente por el 93,4 por ciento y la enfermería con el 91,4 por ciento; mientras que en urgencias los porcentajes son del 91,6 y el 92,9 por ciento. No obstante, en hospitalización pediátrica y de obstétrica los personales de enfermería obtienen el porcentaje más bajo (87,5 por ciento).
El barómetro también analiza la valoración de la competencia profesional de médicos y enfermeras. La mayoría de los ciudadanos, más del 90 por ciento, está satisfecho con la capacidad profesional en todos los servicios, aunque de nuevo en hospitalización pediátrica y de obstétrica los enfermeros obtienen el porcentaje más bajo (89,3 y 89,4 por ciento, respectivamente). Sin embargo, si se tiene en cuenta el trato y la amabilidad, el nivel de satisfacción se mantiene alto y se reducen las diferencias por colectivo profesional.
Información facilitada
En cuanto a la satisfacción con la información recibida por parte de los profesionales en distintos niveles y servicios asistenciales, el 91,5 por ciento de los encuestados cree que las explicaciones sobre la toma de medicamentos facilitada por parte del médico de Atención Primaria fueron las adecuadas; en el caso de las explicaciones del médico de Primaria sobre el problema de salud, la valoración positiva llega al 89,9 por ciento. Sin embargo, sobre la actuación del personal administrativo sólo seis de cada diez se confiesa satisfecho.
Además, la información facilitada por el personal médico y de enfermería de hospitalización es la correcta para más del 89 por ciento de los encuestados; aunque sólo seis de cada diez conocían al médico que tenía y manifiestan haber recibido información sobre el funcionamiento del hospital. Ligeras variaciones se registran en hospitalización pediátrica y de obstétrica.
Mientras, en urgencias la satisfacción ciudadana con la información facilitada por el personal médico se situó en el 90,1 por ciento; en el 91,7 por los enfermeros; el 79,7 por ciento a familiares; mientras que el 94 por ciento recuerdan haber recibido el informe de alta y el 91 por ciento asegura que le informaron sobre el tratamiento y cuidados a seguir en su casa. En cuanto a la explicación sobre las pruebas, el 91,3 por ciento consideraron que le explicaron bien y el 6,9 por ciento no se lo explicaron, si bien al 73,3 por ciento de los pacientes que acudieron al hospital les realizaron pruebas diagnósticas. En estas cifras, el consejero explicó ha tenido efecto la implantación de la figura del informador de urgencias.
Tiempo de atención
Por otra parte, el 88,2 por ciento de los encuestados valoraron el tiempo de atención del personal médico y el 89,7 el de enfermería; mientras que los porcentajes ascienden al 90,3 y al 91,6 por ciento, respectivamente, en cuanto a la capacidad de escucha en atención primaria. Además, en urgencias el 89,2 por ciento valora positivamente el tiempo de atención del personal médico y el 90,6 el de enfermería y el 47,8 por ciento de los usuarios indica que le realizaron el ‘triaje’, -selección y clasificación de los pacientes basándose en prioridades de atención-.
En consultas externas el 70,6 por ciento valoró como adecuado el tiempo dedicado y el 11,4 por ciento como inadecuado. Por tanto, siete de cada diez usuarios consideraron que el tiempo de atención fue suficiente. En emergencias, el 78,4 de los encuestados aseguró que no tuvieron que esperar nada o poco tiempo, frente al 10,4 por ciento para el que el tiempo fue normal y el 11,2 que lo consideró “mucho”.
Instalaciones
En cuanto a las instalaciones de Atención Primaria, el 95,1 por ciento hizo una valoración positiva de la localización de los centros de salud y el 97,8 por ciento de los consultorios, mientras que el 90,5 por ciento de los usuarios indicó que su centro está limpio, si bien en cuanto a la comodidad el 64,1 por ciento señaló que es cómoda la sala de espera, frente al 77,2 que lo aseguró de la consulta.
Estas variables evaluadas en el servicio de hospitalización arrojan que el 73,3 por ciento calificó de bueno el estado de conservación del centro hospitalario; el 89,3 por ciento valoró positivamente la comodidad de la habitación y la limpieza, mientras que el 86,8 lo hizo sobre la ropa facilitada por el hospital y el 88,5 por ciento otorgó el calificativo de buenas a la limpieza de la habitación y el baño del hospital.
Otras cuestiones tratadas por el barómetro se refieren a las actividades no sanitarias. Por ejemplo, al 95,1 por ciento le permitieron acompañar a su hijo durante el día y la noche y el 74,9 por ciento destacó el equipamiento de los lugares de juego. También, el 80,9 por ciento tuvo asesoramiento sobre los tipos de lactancia y el 78,7 por ciento ayuda práctica para la alimentación del bebé. Sin embargo, sólo el 57,3 por ciento de los pacientes del servicio de hospitalización pediátrica consideraron adecuada la ropa facilitada por el centro.
Aspectos a mejorar
Por último, los datos de este estudio estadísticos indican la necesidad de seguir reduciendo los tiempos de espera; mejorar la información dada a los usuarios sobre el funcionamiento de los hospitales; potenciar la identificación de los profesionales que se ocupan del paciente; impulsar la continuidad del especialista que atiende cada proceso; mejorar la información y el trato del personal administrativo de Atención Primaria; continuar mejorando la comodidad de las salas de espera de las consultas de Atención Especializada; y avanzar en proporcionar servicios educativos y actividades programadas no sanitarias en la hospitalización pediátrica, así como en la adecuación de la ropa de los niños hospitalizados.