Así suena la gacería en este pueblo de Segovia en el que se habla este idioma único, que sólo entienden los de la localidad segoviana, tal y como demuestra Gaudencio San Bruno.
El ‘Vilorio Sierte’ habla gacería desde el siglo XII. Era la jerga usada por los fabricantes de trillos. Se desconoce exactamente quién inventó la propia lengua del ‘Vilorio Sierte‘, que es como se conoce a Cantalejo.
Lo que sí se sabe es que era el idioma en el que hablaban los comerciantes y tratantes que se dedicaban a la fabricación y compra-venta de trillos y otros aperos de labranza.
Así, utilizaban palabras de diversos orígenes con el fin de que aquel con el que hacían negocio no entendiera lo que hablaban los trilleros.
Vocabulario
La gacería comprende medio millar de palabras, que han convertido a la ciudad de Cantalejo en un lugar especial dentro de la provincia de Segovia. Cada palabra «tiene una semántica propia, de manera que la misma palabra puede adoptar diferentes significados atendiendo a la posición en la frase o las palabras que la precedan».
Por ejemplo, un ‘vilorio’ es un pueblo. Así, ‘vilorio sierte’ hace referencia a la propia localidad de Cantalejo. Una ‘vitela’ es una ternera, y un ‘volandero’ es un pájaro. Un ‘tisarro’ se identifica con un caballo. ‘Sornear’ es dormir y ‘minchar’ es comer. Un ‘sievo’ es un anciano y un ‘pitoche’ es un niño. Por cierto, recientemente, en 2022, se ha traducido ‘El Principito’ a la lengua de la gacería.
Así lo habla Gaudencio
Gaudencio San Bruno es uno de los protagonistas de la nueva campaña ‘Nuestros pueblos, nuestra fortaleza’ de la Diputación de Segovia, y conoce bien la fama de los trillos de Cantalejo. Los vendía junto a su padre y ese idioma propio les permitía negociar a la hora de la venta, sin que el comprador supiera lo que estaban hablando entre ellos.
«El trillo de Cantalejo es famoso en toda España», señala Gaudencio San Bruno, quien reafirma valor de la ‘gacería’, la jerga propia de estos artesanos.
Tradición ancestral
«La gacería o briquero es una variante lingüística con origen entre los siglos XII y XIII arraigada en el mundo profesional de los fabricantes de trillos y aperos de labranza, tratantes de ganado así como de otras actividades comerciales», se puede leer.